Para empezar, debe saber que no solo es normal, sino que además es deseable producir gases, de hecho, un síntoma de buena salud intestinal es emitir de 10 a 20 gases al día, es la prueba de que nuestro intestino alberga una flora beneficiosa y de que el ritmo de defecación se mantendrá mejor. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal genera una mayor producción de gases, que es algo que puede ser molesto, pero peores son las enfermedades que ayuda a prevenir este tipo de alimentación: cáncer de colon, diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, sobrepeso y obesidad, accidentes cardiovasculares, etc.
Ahora, si la cantidad de gases es muy elevada o muy molesta tras una ingesta, es probable que se deba a un incremento brusco del consumo de alimentos de origen vegetal poco procesados, sobre todo, cereales integrales, legumbres o frutos secos. Esto ocurre porque la flora intestinal no está acostumbrada a una mayor dosis de fibra dietética. Si aumentamos de forma progresiva su consumo, o la repartimos entre todas las tomas diarias, la tolerancia será mayor. Otros consejos que pueden ayudar son: cocinar bien las legumbres, distribuir las ingestas, masticar bien, evitar las bebidas carbonatadas y dejar de fumar (en el caso de que lleve a cabo este hábito). Si aún así la producción de gases es muy elevada y le origina molestias, acuda a su médico y a un dietista-nutricionista para que analice su caso de forma particular.

El sistema inmune del ser humano está configurado por una serie de células (leucocitos o glóbulos blancos) que combaten de forma constante contra microorganismos infecciosos, como es el caso de algunas bacterias o virus. Si este se resiente, nuestras posibilidades de enfermar aumentan.
En primer lugar, se debe comprobar que el calendario de vacunación está en regla, y en el caso de la gripe, saber si se es grupo de riesgo.
En segundo lugar, se ha de tener muy en cuenta la higiene personal como una de las principales medidas para prevenir infecciones. Tanto es así, que hoy sabemos que la medida más probada para prevenir el resfriado común es lavarse a menudo las manos.
La alimentación también desempeña un papel a la hora de mantener el buen funcionamiento del sistema inmune del ser humano. No está claro que la vitamina C (presente sobre todo en frutas como la naranja, fresas, kiwi, etc.) pueda curar o prevenir el resfriado, al contrario de lo que piensan muchas personas. Sin embargo, lo que sí sabemos es que una alimentación deficitaria en esta vitamina nos hace más propensos a resfriarnos, ya que la vitamina C contribuye al mantenimiento en buen estado del sistema inmune. Para cubrir nuestras recomendaciones de ingesta de esta vitamina basta con consumir a diario frutas y hortalizas (lo ideal es cinco raciones entre ambos grupos de alimentos) en crudo, puesta que está vitamina se destruye con facilidad con el calor, es decir, durante el cocinado. En cuanto a la alimentación en general, consumir además cereales integrales en vez de refinados, incrementar el consumo de legumbres y frutos secos, usar aceite de oliva como grasa de adición, pueden mantener el buen estado de nuestro sistema inmune a medio y largo plazo.

La medicina moderna, que ha permitido el tratamiento exitoso de una enfermedad tan grave como el cáncer, no suele dar credibilidad a ciertos libros como el que usted comenta. A la hora de tomar decisiones relacionadas con la salud, los profesionales sanitarios acuden a entidades prestigiosas que cuentan con comités de expertos en la materia, exentas de conflictos de interés. Una de ellas en nuestro país es la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), una sociedad que no da crédito a teorías como las que se explican en ese libro (lo puede comprobar en las informaciones de su página web). No es cierto que comer la fruta una hora antes de las comidas o dejar de comer cinco horas antes de ir a dormir guarde relación con la salud ni forme parte de una dieta saludable, ni esté relacionado con la prevención, y mucho menos tratamiento, del cáncer de colon ni de ningún otro tipo de cáncer. Lo que sí está demostrado que previene el riesgo de aparición de cáncer de colon, es basar nuestra dieta en alimentos vegetales y reducir la ingesta de alimentos de origen animal, sobre todo de carnes procesadas.
En todo caso, el verdadero problema de este tipo de libros es que incluyen muchos falsos consejos que pueden poner en riesgo la salud por generar claros desequilibrios dietéticos, por tentar al enfermo a abandonar el tratamiento convencional (ya sabemos que tienen efectos secundarios desagradables), etc. Si tiene dudas con respecto a la alimentación de su hermana, no duden en consultar, además de al oncólogo, a un dietista-nutricionista.

Si su marido se obligase a desayunar, es probable que aparezcan molestias digestivas precisamente por esto, por forzarse a comer. En cuanto a los “ardores de estómago”, conocidos como reflujo gastroesofágico o pirosis, los expertos recomiendan mejorar el estilo de vida, y la alimentación en particular, puesto que hay ciertos alimentos que favorecen este tipo de molestias. En todo caso, existen algunos consejos que pueden ayudarle:
Si su marido fuma, es importante que deje de hacerlo, ya que el humo del tabaco daña la válvula que impide que los jugos gástricos (que son muy ácidos) salgan del estómago hacia el esófago, que es lo que nos provoca esa sensación de “ardor”.
Conviene evitar algunos alimentos: picantes, productos ácidos, bebidas carbonatadas (con gas), chocolate, bebidas alcohólicas o café.
Suele ser beneficioso comer a menudo pequeñas cantidades. Ayuda a rehuir las comidas abundantes que agravan el cuadro.
También conviene evitar vestirse con prendas que aprieten a nivel abdominal, ya que pueden ejercer presión sobre la válvula que controla la parte superior del estómago.
No es recomendable acostarse justo después de comer (es mejor esperar unas tres horas) y, al hacerlo, es aconsejable elevar la cabecera de la cama unos 15 centímetros.
En algunos casos, si nada de lo anterior funciona, es imprescindible recurrir a los medicamentos, sin abandonar estos consejos, y otros que podrá darles su médico o un dietista-nutricionista.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) permite, desde hace unos años, que cualquier alimento con un mínimo de un gramo por ración de beta-glucanos provenientes de la avena o de la cebada, puede llevar la siguiente declaración de salud: “puede contribuir al mantenimiento de los niveles normales de colesterol en sangre”. Es preciso, según la EFSA, que el fabricante detalle que el efecto se consigue tras consumir al cabo del día un mínimo de tres gramos de beta-glucanos. En todo caso, si bien es cierto que tomar tres gramos diarios de beta-glucanos puede ayudar a mantener los niveles de colesterol sanguíneo, eso no significa que podamos dejar de lado el seguimiento de un buen estilo de vida: alimentación saludable, abandono de hábitos tóxicos (si fuese el caso) y actividad física.
El colesterol elevado aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, hasta el punto de estar relacionado con 2,6 millones de muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud. Por tanto, el primer paso tras el diagnóstico es seguir los consejos del médico (en algunos casos es preciso recurrir a fármacos para disminuir las cifras de colesterol) y acudir a un dietista-nutricionista es muy recomendable (un cambio de hábitos alimentarios es casi seguro necesario, e incluso puede evitar el tratamiento farmacológico). Seguir una dieta saludable y dejar de fumar son dos grandes pilares para tratar la hipercolesterolemia (elevación del colesterol en sangre por encima de los valores normales). Es preciso aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales (como pan integral, pasta integral, arroz integral) y frutos secos. Pero también conviene disminuir la ingesta de embutidos, carnes rojas, bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, salsas y alimentos superfluos en general. En cuanto al abandono del tabaquismo, el primer paso es, de nuevo, solicitar ayuda médica, dado que puede multiplicar por diez las posibilidades de éxito.