Cuando se come pescado fuera de casa, es aconsejable consumir pescado de temporada, ya que de esta forma, será más fácil garantizar su frescura. Su olor y sabor también le darán pistas. Por un lado, cuando el pescado comienza a deteriorarse, emite un olor fuerte y desagradable muy característico y fácil de diferenciar respecto del olor a mar que emite el pescado fresco. Igualmente, si al consumirlo se percibe un sabor desagradable, hay que dejar de tomarlo inmediatamente y consultar con el encargado del local sobre la frescura de la pieza. Por otra parte, debe saber que la piel, la textura, los ojos y las agallas también pueden decirnos mucho del estado del pescado. El aspecto de la piel ha de ser de un color vivo y bien definido. No se deben elegir pescados con los ojos hundidos e hinchados y la pupila gris, y sí escoger aquellas piezas que tengan los ojos abultados y su pupila sea negra y brillante. Las agallas deberán estar húmedas y destacar por su color rosado o rojo intenso. Y en cuanto a su textura, cuanto más rígida y firme al tacto, mayor será la frescura del pescado.

Le aconsejamos seguir una dieta saludable, sin hacer hincapié en un alimento en particular, pero sí en ciertos grupos de alimentos: frutas frescas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y aquellos que aportan grasas saludables (frutos secos, aceite de oliva, y pescado azul).
En cuanto a la zanahoria, sus hipotéticos beneficios para la piel derivarían de unas sustancias denominadas carotenoides, de entre las que destaca el beta-caroteno.
Sin embargo, en 2011, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) desestimó, en base a los estudios existentes, declarar que las zanahorias puedan promover una pigmentación y bronceado saludable de la piel.
Así, aunque existan estudios que apunten a posibles beneficios atribuibles a la ingesta de zanahorias o complementos alimenticios con beta-carotenos, lo cierto es que los efectos no eran relevantes, o bien los estudios estaban mal diseñados.
Además, como pudo ver en ese programa televisivo, la cantidad de zanahorias que habría que ingerir para notar ese efecto es considerablemente alto y diario, lo que desplazaría el consumo de una mayor variedad de hortalizas, lo cual sí se sabe que aporta beneficios.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que los suplementos de beta-caroteno no son inocuos.
Según una investigación coordinada por la agencia de salud estadounidense Agency for Healthcare Research and Quality, se desaconseja el uso de suplementos de beta-caroteno, solos o en combinación, porque no aportan ningún beneficio y causan daños en adultos que presentan riesgo de padecer un cáncer de pulmón.

En niños/as de esta edad, las manifestaciones clínicas más frecuentes de la enfermedad celiaca son la distensión abdominal (bastante tripa como nos comenta), diarrea crónica, falta de apetito, vómitos, dolor abdominal, apatía y malnutrición, entre otras.
Le aconsejamos que acuda a su pediatra y, si existen datos clínicos y analíticos suficientes que sugieran el diagnóstico de celiaquía, le derivará al servicio de gastroenterología pediátrica para llegar a un diagnóstico seguro.
El diagnóstico de sospecha de la enfermedad celiaca se realiza mediante un examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre.
Para un diagnóstico seguro, es imprescindible realizar una biopsia intestinal, que consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está dañado o no.
Para realizar esta prueba no se debe retirar el gluten de la dieta, para no enmascarar el daño, ni los síntomas.
Un correcto diagnóstico de la celiaquía es esencial, tanto para evitar dietas restrictivas innecesarias, como para abordar de manera correcta la pauta alimentaria cuando la enfermedad se ha confirmado.
La Federación de Asociaciones de Celíacos Españoles (FACE) ofrece abundante información.

Todos los aditivos alimentarios, y eso incluye a los colorantes utilizados en caramelos o golosinas, son del todo seguros en las dosis consumidas.
Pasan por estrictos controles llevados a cabo por comités de expertos y basados en rigurosos procedimientos cuyo único objetivo es proteger a la población de cualquier tipo de riesgo a corto, medio o largo plazo.
Puede ampliar información consultando en la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) en el siguiente enlace:
https://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/aditivos_alimentarios.htm
https://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/aditivos_alimentarios.htm
De hecho, el principal riesgo de las golosinas que comen los niños/as es la caries dental.
Según el Consejo General de Colegios de Dentistas de España, las cifras de caries entre nuestra población son de las más elevadas de Europa, y somos el país que menos acude al odontólogo para recibir los tratamientos adecuados, solo entre el 53% y 65% de las caries son tratadas.
La mayor parte de los niños/as tiene alguna caries dental.
Por tanto, el principal consejo que le damos es que se despreocupe de los colorantes (que, insistimos, no exponen a su hija a ningún riesgo) y que haga lo posible para que su hija disminuya la ingesta de alimentos azucarados.
En todo caso, tras su consumo, es importante que se cepille los dientes con una pasta fluorada.
No olvide, así mismo, las revisiones dentales periódicas.