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Jasangarritasunaren eta feminismoaren alde borrokatzen den enpresa bat
Maddi Bercianosek, 22 urteko gipuzkoar honek, ohiz kanpoko formazioa aukeratu zuen: LEINN (Lidergo Ekintzailea eta Berrikuntza). Zalantzarik gabe, horrek hasiera-hasieratik prestatu du benetako enpresa-mundurako.
Irribarrez gogoratzen duenez, haren lagunek oharrak azpimarratzen zituzten bitartean, berak bezeroak bilatu eta unibertsitateak eskatutako fakturazioa lortu behar zuen; egiazko kezkak, aisa unibertsitate-azterketak baino gogorragoak.
BASK, emakume ekintzaile honen enpresa, haren karrerako 3. urtean jaio zen, Bangladeshera egindako bidaia baten ondoren. Errealitate bortitzenarekin izandako esperientzia hark markatu egin zuen Maddiren historia. Munduko bigarren industria kutsagarriena den eta gizarte-desberdinkeria handienak eragiten dituen modaren munduaren atzean zegoen guztia ohartarazi zion.
Beren markaren bidez, aldaketaren parte izan nahi zutela erabaki zuten gipuzkoar honek eta haren bi kideek. Errealitate hori ezagutarazi nahi zuten; bai dokumentalen bidez, bai balio jasangarri eta sozialak dituen marka baten bidez. Moda bizkor batetik moda etiko eta justu baterako trantsizioan lagundu nahi dute. PSPen politikari dagokionez, guztiz gardenak dira. Horretarako, ekoizpen-fase bakoitzaren kostua xehatzen dute, eta, besteak beste, langileak eta ingurumena kaltetzen ez dituen kirol-jertse batengatik 60 € ordaintzea garestia ez dela jakinarazten dute.
Maddik dioenez, modaren munduan lan egiten duten pertsonen % 80 emakumeak dira, diseinatzaile handietako asko gizonak badira ere. Horregatik, “hau jasangarritasunaren aldeko borroka bat da, baina baita borroka feminista bat ere”.
Bangladesherako bidaiaren ondoren, crowdfunding-kanpaina bat jarri zuten martxan joskintza-lantegi sozial bat sortzeko herrialde hartan, zeinak pertsonak eta planeta jarriko baitzituen erdigunean.
Aukera jasangarriena armairuan daukaguna janztea dela defendatzen du, edo bigarren eskuko gauzak erostea, eta 2 €-ko kamiseta baten atzean dagoenaren aurrean begiak ez ixtea.
Maddi Bercianosek eta haren bi kideek kooperatiba gisa eratu zuten BASK, eta beren balioekin koherenteak izateko eta haiek gizarteratzeko lanean dihardute egun ere, mundu etikoago eta jasangarriago bat lortzeko beren harri-koskorra ekarriz. Enpresa-politika eta mundua ulertzeko modu horiek interesatzen bazaizkizu, ziur bideo hau ikusi nahiko duzula.
Bueno, la verdad es que estudié una carrera muy rara; nos hicieron bailar, nos hicieron vender sudaderas en la calle, pero bueno. Me gustaría saber cómo nos seleccionaron el primer día.
Soy Maddi Bercianos y soy una mujer que cuenta.
Éramos 18, 18 personas de 18 años, o sea, no sabíamos hacer nada y nos dicen: “Bueno, pues tenéis que conseguir X dinero, X clientes… Tenéis que hacer proyectos”. Limpiamos incluso cristales de tiendas de comercios locales y terminamos en tercero de carrera haciendo proyectos como lo son Bask.
En la carrera viajamos mucho; viajamos a Estados Unidos, a Europa y a Asia. Todo se basa en el equipo, en que el aprendizaje no solo lo sacas de lo que haces tú, pero también de lo que hacen el resto. Es como una montaña rusa exprés, en la que vives experiencias muy, muy intensas y que son un resumen de la vida luego.
[VIDEO PRODUCIDO BASK]
Por ser la segunda industria más contaminante del mundo.
Por ser responsable de las mayores injusticias sociales.
Por esto y por mucho más,
F*** fast fashion.
Queremos concienciar, queremos abrir las puertas de lo que está pasando detrás de la industria de la moda. La industria de la moda es la segunda que más contamina en el mundo y es una de las industrias que más desigualdades genera en el mundo. Pues porque la moda, como la conocemos ahora, que se le llama fast fashion, “moda rápida”, se basa en una producción masiva a bajos costes. Esto requiere que se consuman muchísimas materias primas y se externaliza siempre a países en los que la mano de obra es muy barata.
Para nosotros era muy significativo ir a Bangladesh por esa razón.
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24-04-2019, Dhaka, Bangladesh.
6 años después del desastre de Rana Plaza
En nuestro viaje a Asia, grabando el documental sobre el impacto que tiene la industria de la moda en las personas y en el planeta, nos enfrentamos a situaciones que jamás creímos que llegaríamos a ver.
Bangladesh es un país en el que la producción de moda representa un noventa por ciento de sus exportaciones. Es un país lleno de fábricas, de miseria… Es el país más contaminado del mundo… Ver a tantos niños y niñas trabajando…
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Este es Jewel, un niño de 15 años de Dhaka, Bangladesh. Trabaja más de ocho horas por un sueldo de menos de 2 dólares al día.
Y entendimos que era muy difícil cambiarlo, que no bastaba con subir los salarios. Hemos llorado y sufrido un montón cuando hemos estado allí, porque no lo entendíamos. Era una locura; entrabas a una fábrica y escondían a las niñas, porque no podrían estar trabajando. Todo el mundo estaba gritando para que estuviesen ahí diez horas al día cosiendo prendas que luego llevamos aquí, que tienen poca calidad, pero que tienen un coste brutal para el medio ambiente y para las personas que están ahí.
En 2013 tuvo lugar el colapso de Rana Plaza, que es un edificio donde confeccionaban muchas marcas occidentales y de Europa. Ahí murieron más de mil personas y esto generó un antes y un después en la industria de la moda.
Bask nació después del viaje a Bangladesh. Ahí fue cuando entendimos que queríamos ser parte del cambio. Siendo una marca de moda, que crease un impacto y una conciencia a través de redes sociales, documentales… Y, por otro lado, producir de forma local, pero también en sitios como en Bangladesh, porque ahí hace falta una transición de la moda que existe ahora, de una moda rápida, a una moda ética y justa.
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Las personas más vulnerables, las personas más oprimidas, son las que más van a sufrir las consecuencias de esta crisis climática.
Intersectionality
La naturaleza interconectada de las categorizaciones sociales como raza, clase y género, que se considera que crean sistemas superpuestos e interdependientes de discriminación o desventaja…
Para ser parte del cambio, queremos crear un taller de costura social en Dhaka…
Y por eso lanzamos una campaña de crowfunding para montar un taller de costura social allí, pero poniendo a las personas y al planeta en el centro y cuidando todos los procesos de producción, desde los materiales, pasando por los tintes y por la confección, donde la gente sufre la que más, porque es donde más se puede bajar el precio.
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Esta es la empresa donde se teje nuestro tejido. Hasta aquí hemos sumado 10,5 euros.
Y todo el proceso de patronaje y corte nos cuesta 2,50 euros.
La confección, 3,5 euros. Cuesta 5,55 euros. El envío 1,50 euros y el envío a partir de los 65 euros es gratis.
¡Jolín, una sudadera de 60 euros, qué caro! Pero cuando ves todo lo que cuesta cada etapa del proceso pues lo entiendes, ¿no? Y eso es lo que cuesta comprarse una sudadera que no haga daño. Al pagar un precio justo a las personas que trabajan en toda la cadena de valor y por utilizar materiales orgánicos, nuestro precio es más alto.
Lo más sostenible es ponernos lo que tenemos en el armario, comprar de segunda mano o reparar lo que tenemos. Consumimos y producimos demasiado.
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Nos encanta lucir nuestras prendas… Nos encanta salir a la calle y vestir lo que nos representa, lo que nos hace sentir bien.
Yo he sido partícipe de esto mucho tiempo también. No sabía yo lo que era la industria de la moda. Mis amigas cualquier día de rebajas se van a comprar un montón de ropa. Jolín, os estoy todo el día contando lo que hago y estoy compartiendo en las redes sociales cosas y ¿seguís comprándolo? Y es que como sociedad cerramos los ojos, porque es una realidad que, total, como nunca nos va a tocar, ¿no? Soy más feliz comprándome una camiseta a dos euros.
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Un sistema que nos divide por sexo y ejerce una opresión sistémica en todas nosotras.
El ochenta por ciento de las personas que trabajan en la industria de la moda somos mujeres. La gran mayoría están confeccionando en la otra punta del mundo. Entonces, esto es una lucha por la sostenibilidad, pero también es una lucha feminista, porque luchamos para que las condiciones de trabajo sean mejores y, en este caso, la mayoría son mujeres. Aunque luego, cuando piensas en referentes de la moda, siempre son hombres los diseñadores de lujo y tal.
El año pasado nos constituimos como cooperativa, somos tres socios: Mikel, Jon y yo. Nos toca seguir siendo lo que somos, con nuestros valores, y en constante lucha por encontrar proveedores éticos y justos.
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