Nada mejor que un libro para romper los límites con nuestra imaginación y viajar a otras ciudades, a otros países, a lejanos mundos de ésta y otras épocas. Para volver a vivir -casi hasta percibiendo aromas- lo que se siente en el interior de una bulliciosa cafetería, o en un palco abarrotado… para meternos en la piel de una avispada inspectora de policía, de un nómada o de un alma atormentada.

Con la ventaja de que cualquier momento es bueno para sumergirse en una nueva historia: de camino al trabajo, en la pausa después de comer o para relajarse antes de dormir.

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