El pulpo es un alimento ideal que nos aporta proteínas, minerales y vitamina A. Existen una multitud de recetas para preparar el pulpo, pero la mayoría de ellas coinciden en una cosa, si compramos pulpo fresco necesitamos cocerlo antes de hacer cualquier receta. Te explicamos dos técnicas para cocer el pulpo, una con agua y otra sin agua.
Te aconsejamos congelar el pulpo dos días antes de cocinarlo, de esta forma las fibras del pulpo se romperán y evitaremos que se quede duro al cocerlo. Recuerda, tiene que estar limpio antes de meterlo al congelador. Sacaremos el pulpo un día antes a la nevera para que pueda descongelarse lentamente.
Para comenzar con la cocción del pulpo sin agua necesitaremos en primer lugar una olla exprés, rápida o a presión. Introducimos el pulpo en la olla cuando esté calentándose y tapamos la olla, la temperatura debe estar al máximo y no debemos echar sal. Removemos un poco la olla para que no se pegue antes de que haya soltado su jugo. Cuando suba la válvula, bajamos el fuego un poco y esperamos unos 20 minutos. Podemos pinchar el pulpo con un palillo o cuchillo para saber sí ya está cocido o no.
Si queremos cocer el pulpo con agua, el proceso es parecido, pero tiene sus diferencias.
Una técnica muy común para evitar que la piel del pulpo se despegue durante la cocción con agua, es sumergirlo 3 veces en agua hirviendo, sacarlo y meterlo rápidamente. Está técnica se llama “asustar al pulpo”. Una vez le hayamos “asustado” introducimos el pulpo en la olla, bajamos la temperatura y lo dejamos 25 minutos. Luego lo dejaremos reposar en el agua con el fuego apagado otros 25 minutos más. Transcurrido este tiempo tendremos listo el pulpo.
En nuestras pescaderías podrás encontrar pulpo fresco, pero tambien puedes comprarlo ya cocido, entero o medio o en rodajas como las opciones que te ofrecemos con nuestra marca Eroski para ponerte lo más fácil.
