ROMINA

Asesor Nutricional

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Isabel

Hola soy una chica de 48 años y desde hace un año estoy en paro. He cogido unos 3 kilos y me gustaría poder bajarlos. Mido 1.73 y en estos momentos peso 63 kg. Antes mi peso era de 58,8 kg. y así me encontraba mucho mejor. Gracias por ayudarme.
Un saludo. Isabel

Haciendo un cálculo rápido, vemos que tu Índice de Masa Corporal (IMC) actual es de 21,05 kg/m2. Tal y como define la Organización Mundial de la Salud (OMS), el IMC es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. En tu caso, puesto que tu IMC está entre 18,5 y 24,9, podemos decir que tienes un peso saludable, y que no sería necesario que bajaras peso. Eso sí, esto no significa que tus hábitos alimenticios sean adecuados o que no existan riesgos nutricionales, para saber esto sería necesario analizar tu dieta en todos sus aspectos.
Debes tener en cuenta también, que a medida que vamos cumpliendo años nuestro metabolismo disminuye y las calorías diarias que necesitamos son menores, con lo que es necesario ir adaptando la alimentación: disminuir cantidades, aumentar el consumo de alimentos poco energéticos pero nutritivos y/o aumentar la actividad física. Igualmente, se empieza a acumular más grasa en la zona abdominal que en otras zonas, lo que cambia la forma del cuerpo y puede dar sensación de que se ha ganado peso y hacernos estar más incómodas: aprieta más la ropa en la cintura... Además, cuando las mujeres llegamos a la etapa de menopausia, estos cambios se producen bruscamente, lo que hace que lo notemos mucho más.
Para perder peso es necesario disminuir las calorías que se ingieren, aumentar las que se gastan y/o mejorar la calidad nutricional de la dieta, dependiendo de las necesidades que cada uno tenga. Lo ideal sería mejorar todos estos aspectos.
Como recomendación general, te podemos decir que la base de nuestra alimentación deben ser alimentos de origen vegetal, integrales, de temporada y de origen cercano. Es decir, si basamos nuestra alimentación en frutas, hortalizas, cereales integrales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva virgen como grasa de adición y agua como bebida de elección, y limitamos al máximo productos azucarados, bollería, embutido, etc.; conseguiremos una alimentación equilibrada y de calidad. Todos estos alimentos tienen un contenido nutricional beneficioso, aportando hidratos de carbono complejos (cereales, legumbres), grasas cardiosaludables (aceite de oliva, frutos secos), proteína vegetal (legumbres, frutos secos, cereales), y todos ellos fibra, vitaminas y/o minerales, además de fitoquímicos, que son sustancias bioactivas con efectos beneficiosos para nuestro organismo (antioxidante, antiinflamatorio, antitumoral, etc.); y la mayor parte de ellos aportan pocas calorías, y aquellos que son más calóricos deberán tomarse en raciones bastante menores, pero al provenir de nutrientes de calidad no tendrán un efecto negativo sobre nuestro peso y grasa corporal, de hecho, el ensayo PREDIMED ya puso de manifiesto que incluir aceite de oliva virgen y frutos secos a diario, no solo no hace que aumente el peso corporal si no que mejora la composición grasa del organismo, aumentado el colesterol HDL (colesterol “bueno”), y disminuyendo el colesterol LDL y los triglicéridos, por ejemplo. Podemos añadir a nuestra alimentación, en la cantidad y frecuencia adecuada, huevos, pescados (sobre todo pescado azul), carnes magras (poco grasas) y lácteos sencillos, poco procesados, que nos aportarán proteína de alta calidad o grasa saludable.
Te aconsejamos acudir a un dietista-nutricionista que evaluará tu estado nutricional, conocerá tus hábitos alimentarios y necesidades actuales, y te propondrá las medidas necesarias para mantener un buen estado de salud.

LUCIA

Hola, tengo un hijo de 19 meses que ya tiene todos los dientes y le gusta mucho probar nuevos alimentos.
Yo le doy un triturado casero para cenar de carne, pescado o también sopa (la comida la hace en la guardería y combino los alimentos para no repetir lo mismo por la mañana y por la noche) y más tarde, cuando cenamos nosotros también picotea de lo nuestro. Quisiera saber si estamos haciendo bien o deberíamos empezar ya a pasar de los triturados a los alimentos sólidos. Había pesando en mantener los purés porque de esa forma me aseguro que toma mucha verdura. Por ese mismo motivo le sigo dando la fruta triturada en la merienda.
Espero vuestra respuesta. Muchas gracias!

Teniendo en cuenta la edad que nos dices que tiene tu hijo, nuestra recomendación sería que, efectivamente, fuerais pasando de los triturados a entero. Durante los primeros años de vida es el momento más importante para el aprendizaje de hábitos alimentarios saludables, ya que ayuda a consolidar una alimentación sana en la edad adulta. Hasta que tienen 3 años, los niños aprenden a mamar, probar, masticar, tragar y manipular alimentos con las manos y cubiertos, lo que hace que descubran los diferentes colores, olores, texturas y sabores de los alimentos, procesos necesarios para una buena educación alimentaria. Otro aspecto básico en el aprendizaje de los niños es la imitación, con lo que dar buen ejemplo es fundamental; por eso se recomienda que a partir del año los niños empiecen a comer en la mesa en familia, y que todos comáis lo mismo (con pequeñas adaptaciones: cantidades, sal...), para que se vayan acostumbrando a los horarios, a las diferentes técnicas de cocinado, etc. Comentas, que primero le dais la cena a él y luego picotea de lo vuestro, seguramente estimulado por esa curiosidad que tiene por probar cosas nuevas, aprovechadlo para comer lo mismo, todos juntos, que además es un momento para comunicaros con vuestro hijo atendiendo a su comunicación no verbal (y verbal), y podréis conocer qué alimentos le gustan y cuáles no, si está saciado y no quiere más, además de favorecer el desarrollo de las habilidades y aprendizajes que se han comentado antes.
Otro mecanismo que los niños tienen que modular y aprender a reconocer es el de la regulación de la ingesta, a medida que vamos comiendo es este mecanismo el que hace que a nuestro cerebro llegue la sensación de saciedad. Si le damos todo en puré es probable caer en la sobre-ingesta, puesto que en muy poco tiempo podemos dar gran cantidad de comida sin dar tiempo a que aparezca el reflejo de saciedad. Comiendo entero, en cambio, comerá más despacio y se facilitará un mejor funcionamiento de este mecanismo de regulación de la ingesta. Sobre lo de aseguraros que toma mucha verdura y fruta, es importante respetar el apetito del niño, y suele ser frecuente que haya un desequilibrio entre lo que la familia quiere que el niño coma y lo que "debe" comer, es el niño quien debe decidir si quiere comer o no, y cuanta cantidad, siempre que no exista una situación de enfermedad.

JOSE ANTONIO

¿Me podrías explicar qué es eso de las grasas trans?

Este tipo de grasas no desempeña ninguna función en el cuerpo humano y pueden aparecer en nuestra dieta por dos vías:
- A través de la ingesta de alimentos frescos que las contienen de forma natural: cárnicos o lácteos (mantequilla, quesos curados). Los ácidos grasos trans se producen por fermentación en el rumen (parte del sistema digestivo) de los rumiantes.
- O, a través del consumo de alimentos procesados que han sufrido determinados procesos de hidrogenación, llevados a cabo por la industria alimentaria. Estas son las denominadas grasas vegetales parcialmente hidrogenadas. Estos procesos se empezaron a utilizar en la industria alimentaria porque se vio que conseguían mantener en estado sólido las grasas vegetales, que de otro modo serían líquidas, y empezó a usarse para producir margarinas. Con el tiempo se extendió su uso a otros productos procesados, ya que también mejoran el sabor, la textura y la durabilidad de estos.
Para la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), estas dos fuentes de ácidos grasos trans suponen un riesgo para la salud, pero las grasas trans provenientes de la hidrogenación son las más peligrosas, ya que, entre otras cosas, son las responsables de que el consumo que se hace de ellas sea excesivo, ya que, como se ha comentado, se ha extendido su uso a una gran variedad de productos procesados.
Las grasas trans son peligrosas porque incrementan el riesgo cardiovascular de forma clara, a más consumo, más riesgo. Es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2010 que es necesario "eliminar las grasas y los aceites parcialmente hidrogenados de la cadena alimentaria".
El primer paso que debería exigirse a los fabricantes es la declaración, en la etiqueta, de la presencia de ácidos grasos trans, algo que sucede en Estados Unidos desde 2006. Esta obligación no existe en nuestro país, por lo que esta situación pone a la población española en una clara situación de desinformación.
En España, la situación de las grasas trans está regulada desde el año 2011 a través de la Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición (en concreto, por el artículo 43). Allí se recogen tres puntos:
1. En los procesos industriales en los que se puedan generar ácidos grasos trans, los operadores responsables establecerán las condiciones adecuadas que permitan minimizar la formación de los mismos, cuando se destinen a la alimentación, bien de forma individual o formando parte de la composición de alimentos.
2. Los operadores exigirán a sus proveedores la información sobre el contenido de ácidos grasos trans de los alimentos o materias primas que les proporcionen y tendrán a disposición de la Administración la información relativa al contenido de ácidos grasos "trans" en sus productos.
3. Estos requisitos no se aplicarán a los productos de origen animal que contengan, de manera natural, ácidos grasos trans.
Así pues, la conclusión es que lo idóneo es retirar las grasas trans de los alimentos procesados. En España solo se limitan estas sustancias en preparados para lactantes y leches de continuación, pero deberían desaparecer de cualquier producto procesado. Eso sí, tenemos una buena noticia, EROSKI lo hizo en 2009, año en que retiró de sus lineales 52 toneladas de grasas vegetales parcialmente hidrogenadas, y ha mantenido su decisión hasta hoy, y es que ninguno de los alimentos de marca propia contiene grasas vegetales parcialmente hidrogenadas. Pero, por desgracia, la iniciativa de EROSKI no es la norma, sino una excepción.

MA ROSA ISABEL

Egun on ! Me tengo que cuidar la glucosa. Agradecería consejos de nutrición, ya que creo que una buena alimentación es lo más importante.

Efectivamente, los hábitos alimentarios condicionan enormemente el riesgo de sufrir prediabetes y diabetes tipo 2, además es un factor de riesgo modificable, así que es uno de los aspectos más importantes a controlar para prevenir la aparición de esta enfermedad, o llevar un buen control de ella si ya se padece. Entendemos, por lo que nos cuentas, que lo que te ha podido ocurrir es que la glucosa te haya salido algo elevada en una analítica sanguínea y te hayan aconsejado controlarla, o que quizá te hayan diagnosticado prediabetes (valores de glucemia elevados, pero no lo suficiente como para diagnosticar diabetes). Lo mejor para prevenir la diabetes tipo 2, la más común de los diferentes tipos de diabetes, es evitar exponernos a los factores de riesgo, con lo que es necesario conocerlos, analizar a cuáles de ellos estamos expuestos y tomar las medidas oportunas sobre aquellos en los que podamos actuar, y es que algunos de estos factores de riesgo no son modificables, como la edad y la carga genética; en cambio, otros son fácilmente modificables:
- Malos hábitos alimentarios. Es importante llevar una alimentación saludable, y para ello debemos basarla en alimentos de origen vegetal, frescos o mínimamente procesados, y en este caso es especialmente importante controlar el consumo de azúcares simples añadidos, cuyo consumo excesivo es factor de riesgo importante de diabetes. Y desgraciadamente, hoy en día es muy fácil tomar un exceso de azúcares simples, ya que son añadidos en una amplia gama de productos procesados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que no más del 10% de las calorías totales del día provinieran de azúcares simples, y ya en su último informe recomienda que lo ideal es no superar el 5% para prevenir enfermedades como la caries, pero también la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2 e incluso, cierto tipos de cáncer. Algunos de los alimentos más ricos en azúcares simples añadidos son:
o Bebidas azucaradas (refrescos).
o Cereales de desayuno
o Bollería, galletas, pastelería, helados, chocolate, chucherías, caramelos, postres lácteos azucarados.
Y aunque a menudo podamos escuchar el mito alimentario de que los diabéticos no pueden tomar fruta porque contiene azúcar, cuando la OMS habla de azúcar no se refiere al de la fruta entera, que ha demostrado no resultar perjudicial para la salud, sino al contrario.
El consumo de fibra, presente en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, también ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
- Sobrepeso u obesidad. El exceso de peso aumenta el riesgo de sufrir diabetes, así que si tienes o crees tener exceso de peso, es recomendable que realices una dieta hipocalórica que te permita alcanzar un peso saludable. Bajar de peso te ayudará a regular la glucemia. Para ello te recomendamos acudir a un dietista-nutricionista, que haga una evaluación completa de tu situación y te proponga un tratamiento dietético personalizado, y un seguimiento que te permita cumplir tus objetivos.
- Sedentarismo. Numerosas investigaciones han demostrado que realizar actividad física de forma regular disminuye los niveles de azúcar en sangre y mejorar la capacidad del organismo para usar la insulina, además de ayudar a perder peso disminuyendo la grasa corporal
- Hábitos tóxicos: alcohol y tabaco. El alcohol aumenta el riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad, que son factor de riesgo de diabetes, además de aumentar el riesgo de hipertensión, que a su vez es factor de riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, al igual que la diabetes, es decir, que se potencia el riesgo de sufrir uno de los posibles efectos secundarios de la diabetes, la enfermedad cardiovascular. Con el hábito tabáquico ocurre lo mismo, que junto con la diabetes es factor de riesgo de patología cardiovascular.

ROMINA

Tengo un niño de 8 años diabético, me gustaría que me hicieran una plan de comida diario de 15 días, con los alimentos con menos carga glucémica. Es insulinodependiente, y me gustaría darle de comer sin tener que pincharle alguna vez. A ver si es posible una alimentación fácil de hacer ya que no soy buena cocinera.
Gracias.

Las necesidades nutricionales de niños con diabetes tipo 1 son iguales a las del resto, por tanto, no se aconseja seguir una pauta de alimentación especial, exclusiva o diferente a la del resto de niños. No obstante, para poder llevar a cabo estas recomendaciones, sin que afecte al control de la diabetes, será necesario adquirir el mayor grado posible de conocimientos acerca de los alimentos, de su composición, de su relación con la insulina y de su efecto sobre los niveles de glucosa en sangre (glucemia), es decir, es necesario llevar una alimentación bastante ordenada, ya que no será su cuerpo quien libere insulina cuando haga falta, si no que le será aportada en un momento determinado. Es básico entender que en el tratamiento dietético de la diabetes tipo 1 el objetivo será, siempre que sea posible, adaptar la insulina a la alimentación y no la alimentación a la pauta de insulina utilizada. De esta forma se podrá conseguir una alimentación equilibrada, de calidad, y adaptada a las necesidades de cada niño.
El índice glucémico mide en qué medida los alimentos que contienen hidratos de carbono elevan los niveles de glucosa en la sangre (glucemia). Los alimentos se clasifican comparándolos a alimentos de referencia, ya sea glucosa o pan blanco. Un alimento con un índice glucémico alto eleva la glucemia más rápido que los alimentos con un índice glucémico mediano o bajo. La Asociación Americana de Diabetes y la Fundación para la Diabetes, nos dan algunos ejemplos de alimentos con índice glucémico bajo: hortalizas, la mayor parte de las frutas, panes y cereales integrales; frutos secos y lácteos; además, hay que tener en cuenta que los alimentos que no contienen hidratos de carbono no tendrán índice glucémico (carnes, pescados, mariscos, huevos, aceites), es decir, por si solos no tienen efecto sobre la glucemia, pero si puede variar el índice glucémico de alimentos que se consuman de forma conjunta; los alimentos ricos en grasas o en fibra se digieren con mayor lentitud, por lo que también producen un incremento de la glucemia más lento, así, los cereales integrales poseen un índice glucémico más bajo que los cereales refinados, o las patatas tomadas con verdura elevan la glucemia más lentamente que tomadas solas.
Sobre lo que pides de un plan de comida para 15 días, no es posible realizarlo a través de este servicio, para ello es necesario que acudas al endocrino que lleva a tu hijo, y a un dietista-nutricionista, ya que entre ambos establecerán un plan de administración de insulina y alimentario adaptado a las necesidades, actividad, situación clínica y nutricional, etc., de tu hijo, y a las tuyas, que por lo que comentas, serás la encargada de cocinar.

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