Mujeres que cuentan

A pesar de los avances en materia de igualdad, existe una gran deficiencia de mujeres investigadoras

A pesar de los avances en materia de igualdad, existe una gran deficiencia de mujeres investigadoras

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El bienestar animal es una parte fundamental de cualquier sistema sostenible


Inma Estevez, la primera mujer Ikerbasque y una investigadora con gran experiencia en países como Canadá, EE.UU., Suiza y Francia.

Inma siempre ha sido una apasionada de la naturaleza y de los animales, lo que le animó a estudiar Comportamiento animal y ser parte de muchos grupos de investigación internacional.

Tras múltiples años y experiencias en diferentes países, volvió a Euskadi, donde tuvo el honor de ser la primera mujer Ikerbasque. Afirma que aún queda mucho trabajo para poder conseguir la paridad en el mundo de la investigación. 

Señala que hay mucha dificultad en ser madre siendo también parte activa del sistema empresarial. “Tienes que compaginar muchas cosas”, muchas más que los padres, y asegura “no creo que se deba renunciar a una cosa para tener otra”, en referencia a la maternidad y a una carrera profesional.

Con su esfuerzo y sabiduría ha conseguido que la certificación de Bienestar Animal sea reconocida oficialmente, ya que no podemos ignorar que el bienestar animal es una parte fundamental de cualquier sistema sostenible.

Inma Estevez es una mujer con conocimiento y libre que ha sabido cumplir su sueño y dedicarse al estudio del comportamiento animal a lo largo y ancho del mundo. Así nos lo cuenta en este vídeo que te invitamos a ver.

Es increíble este sitio, estando tan cerca de una ciudad. Ciervos, aves… Para mí, es una joya.

Cuando tenía más o menos siete años veíamos en casa El hombre y la tierra, con mi aita. Esa semillita, luego creció y descubrí que en Córdoba se podía estudiar Comportamiento Animal y allí fui.

Soy Inma Estévez y soy una mujer que cuenta.

El conocimiento en sí te da mucha libertad.

Fui varias veces a Canadá a British Columbia, pasé tiempo en Francia, estudiando Fauna Salvaje. También he vivido cerca de un año en Suecia, doce años en Estados Unidos, y de vuelta a Euskadi. Tienes que ir buscándote la vida, tienes que salir al extranjero. Y tienes que tener experiencia en diferentes grupos de investigación.

Tengo el honor de ser la primera mujer Ikerbasque. Todavía tenemos mucha deficiencia de tener unas mujeres investigadoras. Luego sí tienes que hacer mucho juggling, como se suele decir, cuando te planteas ser madre y tienes que compaginar muchas cosas. Y no creo que se deba renunciar a una cosa para tener otra.

Nuestros animales domésticos han tenido un pasado como animales salvajes y tienen una historia evolutiva también. Poder entender de dónde vienen pues te hace entender qué tienes que hacer para mejorar su bienestar. El bienestar animal es mucho más que una moda. Los productores locales nos han abierto las puertas, nos han apoyado siempre. Ellos acumulan muchos años de experiencia y yo he aprendido mucho de ellos.

Cuando empecé, el bienestar animal era algo que no entraba en el radar de nadie. No pensé que mi área de investigación pudiese tener tanta repercusión para el consumidor, para las grandes superficies y por supuesto para los productores.

La Organización Mundial de la Salud tiene un lema que es «Una única salud —One Health—» que abarca el bienestar de los ecosistemas, de los animales que producimos que va a repercutir en nuestro bienestar. No podemos ignorar el bienestar animal porque es una parte fundamental de cualquier sistema sostenible.

¡Ah! ¡La sensación de Eureka! Sí, sí me ha pasado. Muchas veces, las mejores ideas son las más simples.

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