Ekilibria

El lomo de cerdo en la cocina

Las lonchas de cerdo, frescas o adobadas, son una de las partes más aprovechadas y que se pueden preparar de maneras más diversas.

El lomo de cerdo es uno de los alimentos más fáciles de preparar como segundo plato o en bocadillo. La forma en que se comercializa, fresco o adobado y fileteado, facilita su elaboración. Basta asarlo a la plancha o freírlo en una sartén antiadherente para cocinarlo en apenas un minuto. Además, se puede consumir sin necesidad de agregar sal y con una pequeña cantidad de aceite. Si se prefieren preparaciones menos convencionales, es posible servirlo con una guarnición de compota de manzana o pera, o bien con un puré de patata con piña asada.

Las lonchas de lomo se pueden catalogar como una de las partes más nobles del cerdo y que mejor se aprovechan. Esta pieza se divide en la cabecera, con mayor grasa intramuscular, y la denominada aguja, con menos grasa entre los músculos y un aspecto más uniforme. El lomo de cerdo es la carne de las chuletas deshuesadas que se comercializa fresca o adobada, en lonchas o en trozos más grandes. Se puede consumir de formas variadas, ya sea asado en el horno, braseado o guisado y troceado en lonchas, salteado o relleno y empanado y frito.

Al horno

Para asar el lomo al horno, lo más habitual es embadurnarlo con aceite de oliva, sazonado con sal, pimientas o mostaza. Después, se asa en horno seco y, a mitad de cocción, se desgrasa con una copita de vino.

Para brasear, se acompaña de unas verduras troceadas. Cuando ya están cocidas, se trituran con el jugo del asado y se sirven como acompañante del lomo troceado. Es típico guarnecer este braseado o los asados con un puré parmentier de patata, aunque son más recomendables otras opciones menos convencionales, como compota de manzana, de pera o un puré de patata con un toque de piña asada.

Fresco y adobado

Si se prefiere la forma fileteada, tanto fresca como adobada, las posibilidades son variadas. Una de las preparaciones más habituales es la fritura en una sartén, con ajos pelados y troceados hasta dorarlos por ambos lados. Cuando estén en el punto deseado, se agrega una guarnición de pimientos rojos del piquillo cocinados en la misma sartén, los jugos y ajos con los cuales se ha frito el lomo y patatas fritas.

Además de esta guarnición, se puede probar con frutas también fritas o salteadas, como unas láminas de manzana, pera, mango o piña. Este contraste de sabores dulces y salados -carne grasa con elementos desengrasantes como las frutas- permite un gran abanico de sensaciones gustativas para el paladar.

Crea tu cuenta y recibe nuestra newsletter semanal con la actualidad informativa y comercial de EROSKI

¿Te apuntas?
151571