Diversificada y cada vez más personalizada, así es la producción de yogures en estos momentos. Estos son los principales tipos:
- Es el yogur estándar, sin más ingredientes que los descritos en el proceso de elaboración de este alimento: leche y fermentos.
- Yogur tradicional al que se añade azúcar, alrededor de 10 gramos de azúcares añadidos por yogur, para mejorar su sabor y aceptación entre el público. Su contenido calórico aumenta con respecto al no azucarado: de las 71 kcal que aporta el natural a las 107 kcal del azucarado.
- Hay algunos con la declaración “0% materia grasa”. Esto es así porque la legislación permite que el yogur desnatado tenga hasta un 0,5% de materia grasa. La diferencia, en todo caso, no es relevante. En ocasiones, estos yogures contienen azúcares añadidos, algo que debe tener en cuenta el consumidor, ya que sus calorías pueden ser comparables a las de un yogur natural.
- Contiene edulcorantes que dan sabor dulce, pero aportan pocas (o ninguna) calorías. No obstante, edulcorado no significa necesariamente desnatado. Para despejar dudas, conviene prestar atención al etiquetado.
- Con trozos de fruta. Con el fin de garantizar un contenido mínimo de yogur, los con frutas deben contener un 70% de yogur en el producto terminado. Un yogur con trozos de fruta no sustituye a una ración diaria de fruta, no se puede confundir. La cantidad de fruta que contienen los yogures con trozos de fruta es mínima, y oscila entre el 2% y el 11%, lo que se traduce en los casos más abundantes en 14 gramos de fruta por yogur. Una manzana pequeña puede pesar 100 gramos, un fresón unos 20 gramos, y 6 gramos un grano de uva. La cantidad de fruta consumida de esta forma es ridícula y despreciable en el cómputo del menú de todo el día.
- Aromatizado o con aroma de. Tiene el gusto y el aroma de la fruta pero no la contienen. En este caso, el contenido mínimo de yogur en el producto terminado será del 80%.
- Pasteurizado después de la fermentación. Hasta hace una década, no era oficialmente un yogur, era un postre lácteo más. Desde 2003, la norma lo reconoce como yogur. Los pasteurizados se obtienen a partir del yogur que ha sufrido un tratamiento térmico (de pasteurización) posterior la fermentación. Eso significa que no tiene bacterias probióticas y por tanto, su vida útil es superior: aguanta más y sin necesidad de refrigeración.
- Enriquecidos (calcio o vitamina D). Para que un yogur (y cualquier producto enriquecido con estos componentes) pueda definirse como enriquecido debe contener un 30% de la cantidad de referencia de minerales o vitaminas por ración de consumo. El aporte de calcio en los yogures normales oscila entre 150 y los 170 mg por unidad (125 g), mientras un yogur enriquecido en calcio puede tener 400 mg por unidad (125 g), el doble. Los requerimientos de calcio en personas adultas es de 800 mg/día; y entre 1.000 y 1.200 mg para niños de 10 a 19 años, embarazadas y mujeres en periodo de lactancia, y mayores de 50 años.
- Sin lactosa. Alrededor del 15% de la población europea padece intolerancia a la lactosa, problema intestinal que imposibilita digerir la lactosa, azúcar naturalmente presente en la leche. Hasta hace poco, la recomendación para los intolerantes a la lactosa era la reducción o eliminación de productos lácteos de su dieta. Los productos sin lactosa se tratan con una enzima denominada lactasa que produce el desdoblamiento de la lactosa en azúcares más simples y digeribles para intolerantes a la lactosa. En esencia, solo tiene utilidad en personas con un correcto diagnóstico de intolerancia a este azúcar.
- No hay una definición legal para este producto a nivel nacional ni internacional pero se asocia a un producto de mayor cremosidad y consistencia que el resto. Tiene entre un 9 y un 10% de grasa láctea (las variedades típicas de yogur no superan el 3,5%).