Ekilibria

Noviembre: A la caza del conejo

La carne del conejo de monte es poco grasa y fácil de digerir.

La temporada de caza de este pequeño mamífero en nuestro país se sitúa entre el final del otoño y el invierno, si bien en algunas regiones se conceden permisos especiales en verano.

El conejo de monte se distingue del de granja o doméstico, el que se encuentra en nuestros mercados, por su aspecto y propiedades nutricionales. En concreto, el de monte posee una carne menos grasa, más rica en proteínas, con más sabor y más rojiza. Destaca además su contenido de minerales como el potasio, el hierro, el fósforo, y de vitaminas del grupo B, en particular de B12 y de B3.

En cocina, el conejo se presta a múltiples preparaciones culinarias, y no sólo su carne, también sus vísceras (riñones, hígado y corazón). La carne de los ejemplares más jóvenes resulta muy sabrosa si se la cocina a la parrilla, mientras que la de los ejemplares de mayor edad, queda mejor si se cocina guisada o estofada junto con hortalizas y verduras, patatas, etc. Así mismo resulta muy sabroso si se prepara frito, al ajillo, escabechado, o junto con arroz. Dadas sus características, el consumo de carne de conejo se considera adecuado en dietas pobres en grasa y de control calórico, eso sí, cocinado junto con alimentos poco grasientos y en la manera adecuada (al horno, guisado con poco aceite y junto con hortalizas, etc.).

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