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Pimientos: tipos, cómo elegirlos, y cocinarlos

Los pimientos llegaron a Europa en el primer viaje realizado por Colón en el año 1493 a América. Los indígenas americanos conocían el fruto por el nombre de chili, pero los españoles y portugueses lo bautizaron con los nombres de pimiento y pimiento de Brasil.

 

Variedades

Las variedades de pimiento se clasifican en dos grandes grupos según su sabor en dulces y picantes:

  • Pimientos dulces: pueden ser rojos, amarillos o verdes, de forma y tamaño diferentes. Dentro de este grupo se incluyen tanto el pimiento morrón como el dulce italiano.
    • Pimiento morrón: es una variedad gruesa, carnosa y de gran tamaño. Su piel roja brillante es lisa y sin manchas, su carne firme y de sabor suave y su tallo verde y rígido. Se puede consumir crudo y asado o como ingrediente de guisos y estofados. Se comercializa fresco, desecado y en conserva. Fresco, se puede recolectar verde o ya maduro, con su característico color rojo, a veces violáceo.
    • Pimiento dulce italiano: su forma es alargada, fina y la piel es de un color verde brillante que se torna rojo conforme madura.
  • Pimientos picantes: Entre ellos figuran los populares pimientos del piquillo, del Padrón y los de Gernika:
    • Pimiento del piquillo: es originario de Lodosa (Navarra) y suele comercializarse en conserva. Su piel es de un rojo intenso. Es una variedad carnosa, compacta, consistente y de textura turgente pero fina. Su sabor es picante, aunque también puede ser dulce.
    • Pimiento de Padrón: Tal y como su nombre indica, es originario de Padrón (Galicia). Es de pequeño tamaño y forma alargada, cónica y ligeramente rugosa o surcada. Se consume verde y fresco y presenta un sabor un tanto picante, si bien existen variedades dulces.
    • Pimiento de Gernika: se produce y envasa en el País Vasco. Es un fruto pequeño, de color verde, estrecho y alargado, que se consume sobre todo frito.

 

En función de su forma, los pimientos también se pueden clasificar en dos grupos:

  • Pimientos cuadrados: son pimientos uniformes y de carne gruesa. En este grupo se incluyen tres tipos: pimiento Maravilla de California, pimiento Sitaki y pimiento Salsa.
  • Pimientos alargados o rectangulares: son los más apreciados. Como ejemplo cabe destacar al pimiento de Reus y al pimiento de Lamuyo.

 

Cómo elegirlos y conservarlos

Cuando se desea comprar pimientos es conveniente seleccionar los ejemplares carnosos, duros, pesados en proporción a su tamaño, muy firmes, de piel lisa y lustrosa y carentes de golpes o magulladuras. Si presentan arrugas o manchas significa que han estado almacenados durante demasiado tiempo, lo que provoca una pérdida de nutrientes y de sabor. Hay que rechazar aquellos que tengan una piel muy fina o poco firme y que presenten hendiduras, cortes o partes acuosas. Todos estos signos son indicios de que se encuentran en mal estado.

Otra señal de frescura a tener en cuenta es el estado de su tallo. Éste ha de ser verde, firme y crujiente.

Una vez en casa se aconseja guardar los pimientos en el frigorífico y dentro de una bolsa de plástico perforada y así se conservan hasta quince días. Una vez asados y pelados, también se pueden congelar, escaldándolos con anterioridad en agua hirviendo durante unos tres minutos.

 

Cómo prepararlos

Los pimientos se pueden consumir tanto crudos como cocinados. Por lo general, las variedades alargadas y finas son más adecuadas para freír, mientras que los más carnosos son utilizados para asar o rellenar. La forma más sana de cocinarlos es el asado al horno. Fritos pueden resultar pesados debido a la gran cantidad de aceite que absorben. Una vez asados, pueden utilizarse para la elaboración de salsas, pistos, purés o como acompañamiento de carnes, pescados y huevos.

Una buena forma de consumir los pimientos crudos y tiernos es añadirlos a las ensaladas. De esta manera se aprovecha al máximo su riqueza vitamínica, sobre todo la vitamina C, que es muy termosensible y se destruye gran parte de ella con el cocinado.

Conviene cortarlos en partes finas y masticarlos bien para facilitar su digestión.

Para las personas con estómago delicado, la piel del pimiento puede resultar indigesta, por lo que es conveniente retirarla. Para ello hay que asar el pimiento y, cuando la piel comience a separase, sumergirlo en agua fría. Las semillas del pimiento y sus membranas pueden presentar un sabor amargo, por lo que también es conveniente retirarlas.

Los pimientos se utilizan para preparar salsas picantes como el curry o el tabasco.

Un modo curioso de utilizar los pimientos verdes es elaborar con ellos una mermelada que resulta muy adecuada para preparar tartas o acompañar a alimentos como los quesos.

 

Sugerencias para los más pequeños

Es preferible incluir los pimientos dulces, que tendrán mayor aceptación porque los sabores muy fuertes o picantes no suelen gustar a los más pequeños.

Para animarles a consumirlos, se pueden incluir en paellas, rellenarlos con carne o pescado y marisco, incluirlos en tortillas o bien en la elaboración de un producto tan popular para ellos como es la pizza.

Se pueden elaborar brochetas de pimiento junto con trozos de cerdo o ternera o pollo, o pescado y marisco (gambas, anchoas…), etc.

Si los añadimos crudos a una ensalada sencilla, o de pasta, arroz o legumbres, se consigue que los niños puedan aprovechar al máximo la riqueza vitamínica que presentan estas hortalizas.

Entre los chavales tiene una gran aceptación la salsa de tomate. Por este motivo, otra posibilidad culinaria es elaborar una salsa similar, con pimiento.

Otra alternativa de consumo de los pimientos es en forma de encurtidos junto con pepinillos, aceitunas y cebolletas. De este modo seguro que les resulta muy atractivo. Eso sí, conviene hacerlo en contadas ocasiones porque el aporte de sodio de los encurtidos es muy alto.

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