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Cómo hacer yogur casero con frutas

Trucos y consejos para hacer yogur en el hogar y aprovechar las mejores frutas de la primavera y el verano.

En el desayuno, en la merienda, como postre o como tentempié, el yogur es uno de los alimentos más consumidos en casa. En el mercado se encuentran infinidad de opciones, texturas, sabores y consistencias que, muchas veces, incluyen otros elementos, como trocitos de chocolate, cereales o frutas. En primavera y verano hay muchas frutas. ¿Por qué no hacer, entonces, los yogures en casa con fruta fresca? La elaboración es muy sencilla, permite aprovechar la fruta de temporada y ofrecer un postre exquisito hecho por nosotros mismos. En este artículo se detalla cómo hacer un buen yogur casero con frutas.

 

Cómo elaborar un yogur casero

El yogur se consigue transformando la leche con ayuda de unas bacterias y un poco de calor. La idea es conseguir una fermentación controlada, que permite que la leche se coagule, formando un producto cremoso, con un alto valor nutricional. Una vez formado el yogur, hay que conservarlo en la nevera, ya que, a diferencia de los yogures industriales, tiene un periodo de conservación relativamente corto (una semana). La temperatura ambiente haría que siguiese fermentándose y se echase a perder.

El yogur se puede elaborar solo con leche (para obtener los llamados “yogures naturales”) o es posible aromatizarlo durante su preparación, dando lugar a un sinfín de sabores y texturas según el gusto personal: desde los sabores más frescos, con frutas, hasta los más dulzones, pero manteniendo un buen equilibrio nutricional con aromas como la vainilla, con canela o hasta con chocolate, eso sí, negro, con un porcentaje por encima del 75% de cacao.

Para elaborar cuatro vasitos de yogur natural se necesitan unos 65 gramos de yogur natural y cremoso (aquí es donde están las bacterias que ayudarán a fermentar la leche), medio litro de leche natural (puede ser de oveja o de vaca, mejor entera o semidesnatada) y una cucharada de leche en polvo. Si se quiere agregar algún aroma frutal, se pueden triturar unas cuantas fresas, un plátano o frutos del bosque (como frambuesa o arándano); lo importante es que sea fruta madura (es más dulce) y en buenas condiciones.

Antes de comenzar la elaboración es recomendable tener un termómetro de cocina (los hay muy económicos por no más de 10 euros), para controlar la temperatura de la leche.

Se calienta la leche con la cucharadita de leche en polvo sin que llegue a hervir. Cuando está humeando (a unos 90ºC), se saca del fuego, se deja que se temple y baje a una temperatura de 50ºC, para que el calor de la leche no mate las bacterias del yogur. Si no hay termómetro, la temperatura sería la de poder tocar la leche sin quemarse. Se agrega el yogur natural y se remueve para que se integre a la perfección. Se vuelca la leche en unos recipientes individuales de vidrio o de barro, a los que luego se puede poner tapa, se remueve de forma suave y se tapa con un trapo de cocina (para que no se produzca condensación) durante cuatro horas.

Transcurrido este tiempo, se tapa de manera individual cada tarro con una tapa o papel film o de aluminio. Se cubren los botes para que guarden calor continuo de unos 25ºC, se envuelven con varios trapos de cocina y se dejan reposar en un lugar templado durante seis horas. Después de este tiempo, la leche habrá fermentado y se habrá obtenido el yogur casero. Cuando esté cuajado de forma uniforme, se introduce en el frigorífico y ya se puede consumir a lo largo de una semana.

 

Yogures caseros con sabores y con frutas

Elaborar yogur es muy sencillo. Y agregarle sabor y texturas de fruta tampoco es complicado: tan solo hay que elegir la fruta y probar a mezclar con la base de yogur.

Si se quiere hacer el yogur con frutas se tienen varias opciones para darle sabor y aroma, utilizando fruta fresca madura de temporada.

  • Para usar frutas frescas, se pelan, se retiran las semillas y se pasan por la batidora hasta formar un ligero puré. Se agrega el puré de frutas a la mezcla del yogur cuando todavía está templada.
  • Los yogures de frutas más apetecibles y que dan mejor resultado son los que contienen frutas con una pulpa carnosa, sin excesivo contenido en agua y con un alto contenido en fructosa en su madurez. Entre ellas están las fresas, el melocotón, el plátano, el kiwi y los albaricoques, además de los llamados frutos del bosque como moras, arándanos y frambuesas.
  • No solo se conseguirán yogures de frutas añadiendo su pulpa triturada, sino que también se pueden agregar trocitos de frutas frescas enteras, con lo que se obtendrá también un yogur saludable y rico en fibra dietética, que además será muy colorido.
  • El yogur natural tiene un sabor un poquito ácido que no a todo el mundo gusta por no estar acostumbrado; por eso es habitual edulcorarlo con una cucharadita de azúcar. Se recomienda que, si se compra yogur elaborado, se opte por las variedades enteras naturales y edulcorarlos nosotros en casa, ya que probablemente usemos menos azúcar del que añaden en el procesado a los azucarados, y porque nos permite ir rebajando poco a poco la cantidad de azúcar o edulcorante que añadimos e ir reeducando nuestro paladar en cuanto al umbral del dulce. Pero, además, se le puede dar un toque goloso añadiendo un par de cucharadas de dátiles (o ciruelas secas) hidratados y batidos en la base de los vasitos donde se prepare el yogur. Una vez cuajado el yogur, el resultado obtenido es espectacular: un yogur natural integrado con el puré de dátil y que se puede complementar con unos trocitos de las frutas elegidas, en fresco.

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