1. Conviene planificar el menú semanal para evitar la improvisación
Te ayudará a disfrutar de una alimentación variada y saludable y a reducir la cantidad de alimentos desaprovechados. Para ello, puedes utilizar todo lo que te ofrecemos en esta guía: la Pirámide de Alimentación Saludable, las tablas de productos de temporada, el ejemplo de Plato para Comer Saludable, la plantilla para elaborar menús y la herramienta nutricional Ekilibria.
2. Una lista para comprar solo lo imprescindible
Es bueno pensar la cantidad que necesitarás de cada alimento, según las comidas previstas, los comensales y las necesidades especiales de alguno de ellos. Será de ayuda anotar los productos según los diferentes grupos –verduras, frutas, platos elaborados, congelados…–, o por su lugar de almacenamiento -despensa, frigorífico, congelador…- con lo que ahorrarás tiempo al buscarlos en la tienda.
3. En la tienda
Puedes diseñar tu ruta en función de los productos que vas a comprar. Una idea es empezar por no refrigerados, seguir por los frescos, los fríos y dejar para el final los congelados. Procura evitar pasar por pasillos innecesarios y tómate tu tiempo para comparar productos utilizando para ello la información y etiquetado nutricional frontal de los envases, como el Semáforo Nutricional o el Nutri-Score de nuestros productos EROSKI. Comprar con hambre aumenta las posibilidades de que adquieras una opción no saludable o más cantidad
4. Atención a las fechas
Es importante vigilar la fecha de caducidad (que indica el momento hasta el cual el alimento puede consumirse de forma segura) y la de consumo preferente (que establece el momento hasta el que el alimento conserva el gusto y la textura intacta, y todavía está en buenas condiciones para su consumo).
5. En casa, orden y conservación
Una vez hecha la compra, es importante cómo almacenamos los productos. Hacerlo correctamente alarga su vida útil, impide que los microorganismos se multipliquen y evita que pierdan sus propiedades nutritivas y se deteriore su aspecto. Es necesario saber si, una vez abierto, el producto tiene que ir refrigerado o congelado. También es recomendable agrupar los alimentos y colocar más cerca y a la vista los de uso más frecuente.