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Juan

Normalmente miro los ingredientes de lo que compro, pero más ahora que tengo un bebé de meses. Me sorprende que alimentos como los potitos de frutas contengan aceite de palma. ¿No es peligroso?

Es bueno preocuparse por la alimentación de su bebé, porque uno de los factores que más influyen en la adquisición de hábitos alimentarios futuros es el ejemplo que demos los padres con nuestros propios hábitos alimentarios. Dicho esto, el aceite de palma presente en potitos, como cualquier otro ingrediente, no supone un peligro para el bebé, los alimentos dirigidos a niños pasan por controles exhaustivos y tienen una legislación específica que evita que en su composición podamos encontrar sustancias que puedan poner en riesgo la salud infantil desde un punto de vista de seguridad alimentaria. En todo caso, los potitos y semejantes, no deben de pasar de ser productos prácticos para ciertas ocasiones, siendo lo habitual que los bebés tomen fruta fresca en trocitos o batida.
Sí hay que tener en cuenta que, tanto el aceite de palma como el aceite de semilla de palma, son muy utilizados por la industria alimentaria en productos superfluos, como bollería, ciertas salsas, platos precocinados y preparados, etc. Los dos aceites tienen un alto nivel de grasas saturadas, relacionadas con un mayor riesgo cardiovascular a largo plazo, pero el menos recomendable de los dos aceites es el de semilla de palma (mientras que el aceite de palma tiene un 50 % de grasas saturadas, el de semilla de palma llega a contener más del 80 % de sus grasas en forma de grasas saturadas). Se considera que la adición de aceites de palma o de coco en productos superfluos es desaconsejable porque puede elevar nuestros niveles de colesterol sanguíneo. Pero si en el hogar siguen unos hábitos saludables, no tendrán de que preocuparse, puesto que estos alimentos superfluos no formarán parte de su alimentación habitual.

Teresa

Tengo un bebé de 12 meses que tiene exceso de peso. La pediatra dice que es normal, sin embargo, he leído que debemos alertarnos desde el primer año de vida. ¿Qué debería hacer?

Las tasas de obesidad infantil van en aumento, y está bien que tenga cierta preocupación porque seguramente eso hará que tome medidas preventivas, pero tampoco conviene obsesionarse. Con niños tan pequeños es muy arriesgado definir el exceso de peso, así que le recomendamos que haga caso al consejo de la pediatra, que es quien ha valorado el estado nutricional de su bebé, su progreso, historia clínica, etc. Hoy sabemos que en menores de dos años, el peso de los padres predice la futura obesidad del niño de manera más precisa que el propio peso del niño. Por ejemplo, un bebé de 18 meses cuyos padres sean obesos, presentará mayor riesgo de desarrollar obesidad en el futuro, aunque el bebé tenga un peso normal en ese momento. Una de las claves de la prevención de la obesidad infantil es prevenir la obesidad de los padres. Entre los consejos para evitar el sobrepeso y obesidad en niños mayores del año estarían:
evitar la presencia en el hogar de bebidas azucaradas y otros alimentos superfluos como los aperitivos salados, los postres lácteos azucarados, la bollería o la repostería. Tener a la vista opciones saludables.
comer en familia. El ejemplo es el mejor método educativo.
evitar que haya una televisión en la habitación del bebé porque es posible que pueda acostumbrarse en exceso a verla a medida que va creciendo.
realizar actividad física. Y si puede ser al aire libre y disfrutando en familia, mejor que mejor.

Iratxe

Nuestro hijo de 5 años casi no bebe agua, incluso tenemos que obligarle cuando hace calor. Lo hemos consultado con el pediatra y dice que, si no la pide, es porque no la necesita. ¿Cómo podemos hacerle beber agua?

Si su pediatra ha revisado el caso de su hijo y no ha detectado ninguna razón para alarmarse, no tienen por qué preocuparse. La mayoría de las personas sanas cubren suficientemente sus necesidades de hidratación diarias guiándose por su propia sensación de sed. Como posible medida orientativa, sería bueno que su hijo tomara alrededor de 4-5 vasos de agua diarios, aunque insistimos en que atender a la sensación de sed es la mejor manera de cubrir las necesidades. Puede resultar interesante, en niños pequeños, ofrecer agua con cierta frecuencia en días especialmente calurosos cuando el niño está realizando actividad física, jugando, ya que estará más entretenido y puede no atender a la sensación de sed en un primer momento, y además la pérdida de agua será mayor por el sudor. Pero sin obligar.
En resumen, conviene que permitan a su hijo decidir cuándo beber y cuándo no, sin obligaciones, y que siempre lleven agua para cuando la pida. En todo caso, está desaconsejado recurrir a otras formas de hidratación como bebidas azucaradas o zumos, cuantos menos tome mejor, dado que su ingesta frecuente se relaciona con un mayor riesgo de caries y de obesidad, debido a su alto contenido en azúcares.

África

Tengo tres hijos de 3, 5 y 8 años. He oído que las palomitas de maíz son uno de los alimentos que más atragantamientos producen en niños. A ellos les encantan y suelo comprar los paquetes preparados para hacer en microondas. Pero ahora tengo miedo y no sé si dejar de dárselas.

Las palomitas de maíz, efectivamente, suponen un riesgo de atragantamiento en menores de tres años, pero en el caso de sus hijos, que ya tienen tres años o más cumplidos, este riesgo es, por tanto, menor. Además, dice que sus hijos ya han comido palomitas de maíz, y si no han tenido ningún problema, es lógico pensar que ya tienen la habilidad suficiente como para masticarlas y tragarlas de forma adecuada. En cualquier caso, conviene que un adulto siempre esté cerca vigilando el momento en el que los menores de cinco años comen alimentos.
Desde otro punto de vista, las palomitas de maíz de microondas suponen una importante fuente de ácidos grasos denominados “grasas vegetales parcialmente hidrogenadas”, más conocidas como “grasas trans”, cuyo consumo habitual está del todo desaconsejado por las entidades de referencia en materia de nutrición humana y dietética. También contienen mucha sal, cuya ingesta elevada predispone, a largo plazo, al riesgo de padecer hipertensión arterial. Es mejor que elabore en casa las palomitas, es muy fácil y, ya de paso, más barato: basta con calentar el maíz con un chorrito de aceite en una sartén con tapa, esperar a que todas “salten”, y estarán deliciosas. Una vez hechas, pruébenlas, y si fuera necesario, añada una pizquita de sal yodada.

Belén

Tengo un bebé de 10 meses y me gustaría saber si puedo darle los yogures “ideados para bebés”. Parece que son los adecuados pero he leído que pueden tener mucho azúcar.

Los yogures “ideados para bebés” están elaborados con leche artificial para que los puedan consumir bebés mayores de seis meses. Es la leche que se utiliza para preparar un biberón a niños menores de un año que no toman leche materna o que complementan la lactancia materna con leche artificial. Estos sucedáneos de leche materna se utilizan porque está desaconsejado incluir en la alimentación de los menores de un año leche de vaca “normal” u otros derivados lácteos, ya que podrían ocasionarles problemas renales o digestivos. Por tanto, este tipo de yogures sí los puede tomar un bebé de 10 meses, pero es importante tener presente que estos productos no deben desplazar el consumo de leche materna porque la lactancia ejerce múltiples beneficios en la salud infantil y materna, y si es posible, es bueno alargarla hasta los 2 años de edad. De igual manera, no es aconsejable que desplacen el consumo de leche artificial, dado que son productos diseñados para complementar la lactancia artificial, no para sustituirla (estos preparados no cumplen con los requisitos que se exigen a una leche de continuación). Además, es cierto que su contenido en azúcar puede ser excesivo y no conviene a la salud infantil. Tampoco se trata de productos baratos.
En resumen, su bebé puede consumirlos, pero que sea de manera ocasional (por ejemplo, una vez a la semana), y siempre teniendo presente que no es un producto necesario y, mucho menos, imprescindible. A partir de los 12 meses ya podrá introducir en la alimentación de su hijo/a yogures “normales” enteros y naturales, eso sí, para evitar la presencia de azúcares añadidos.

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