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Hola! Veo que hay refrescos EROSKI 'zero' con color verde en los azúcares del semáforo nutricional. Pero ¿cómo afectan a la alimentación? Son menos 'malos' que los refrescos con azúcares pero ¿esconden algo? Gracias!

Las bebidas zero con color verde para los azúcares en el semáforo nutricional, son bebidas que en lugar de azúcares llevan edulcorantes acalóricos, por eso el contenido en azúcares es nulo o muy bajo, y por eso el color que corresponde a este nutriente en el etiquetado nutricional propio de Eroski, el semáforo nutricional, es verde. Estos se usan en lugar del azúcar para aportar el sabor dulce a las bebidas sin aportar calorías extras, y porque no tienen efecto sobre el nivel de azúcar en sangre. Todos los edulcorantes que se consumen en Europa están regulados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que garantiza la seguridad de todos ellos siempre y cuando no se supere la Ingesta Diaria Aceptable (IDA), lo cual es muy complicado puesto que habría que tomar cantidades ingentes, imposibles.
En todo caso, es cierto que el gran sabor dulce que aportan los edulcorantes puede alterar nuestro paladar y hacer que nos acostumbremos a ese sabor tan potente, por lo que acabaríamos por no apreciar el sabor natural de muchos alimentos y bebidas, y buscaremos siempre ese sabor dulce, lo que aumenta las probabilidades de excedernos en el consumo de azúcares y de alimentos no muy recomendables. Así que la clave es intentar sustituir las bebidas azucaradas o edulcoradas por agua.

ANTONIO ANDRES

¿Es saludable comer jamón serrano quitándole el tocino? ¿Cuál es más saludable, el jamón york o el serrano? Gracias.

La carne procesada fue clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como grupo 1: cancerígeno para los seres humanos, porque hay pruebas sólidas que relacionan el consumo de carne procesada con el aumento del riesgo de sufrir cáncer de colon. Tal y como define la OMS, se llama “carne elaborada o procesada” la que para su conservación ha sido salada, curada o ahumada, o se le han agregado conservantes químicos. Por tanto, atendiendo a esta definición y clasificación, ambos tipos de jamón serían carne procesada y su recomendación de consumo según la propia OMS sería de incluir la mínima cantidad posible, hacer un consumo ocasional. Siguiendo esta recomendación de consumo, te diríamos que a la hora de escoger uno u otro lo hicieras en función de tus preferencias personales, porque por la cantidad y frecuencia de consumo no va a tener repercusión en tu alimentación habitual.
En todo caso, al quitar el tocino del jamón serrano, estamos quitando la grasa visible, con lo que se reducirá en parte el aporte calórico y graso del alimento, aunque esto no cambia que sea una carne procesada y que su recomendación de consumo siga siendo la misma. Las diferencias nutricionales más destacables entre ambos tipos de jamón (ibérico de bellota y categoría extra) son: el ibérico tiene un contenido calórico bastante mayor, puesto que tiene menor cantidad de agua y más de proteína y grasas. Sobre el tipo de grasas de contiene cada uno, el jamón ibérico de bellota tiene un perfil graso mejor, puesto que tiene una mejor relación entre grasas saturadas (un 6%) y grasas insaturadas (un 15%).
Un aspecto que sí merece la pena tener en cuenta es la calidad del jamón, tanto curado como cocido. El jamón cocido es un producto cárnico tratado con calor que se obtiene a partir de la pata trasera del cerdo, primero se deshuesa la pata, se le trata con una sustancia a base de agua, sal y conservantes (a veces se le puede añadir azúcares o potenciadores del sabor), se mete en moldes y se cuece. En función de la cantidad de proteínas y agua, la legislación establece tres categorías comerciales, de más a menos calidad nutricional: categoría extra, categoría primera y fiambre. Este último además podría contener almidones y proteínas vegetales, así como una mayor cantidad de azúcares.
Sobre el jamón curado, lo primero que hay que diferenciar es la raza del cerdo del que procede, si es de una raza de cerdo blanco se denominará jamón serrano, y si procede de un cerdo de raza ibérica será jamón ibérico. Los jamones serranos se clasifican en función del tiempo durante el que han sido curados, pudiendo ser de menos a más tiempo de curación: bodega, reserva o gran reserva. Los jamones ibéricos, en cambio, se clasifican atendiendo a la alimentación que ha llevado el cerdo, de más a menos calidad: de bellota (criados sueltos y alimentados de bellotas), de recebo (se termina su cría siendo alimentados con piensos), de cebo de campo (criados sueltos y alimentados con piensos y hierbas), y de cebo (alimentados exclusivamente con piensos).

CRISTINA

Hola. Me gustaría saber qué tipo de queso, yogures y leche son los más saludables, de entre toda la variedad que puedes encontrar en el supermercado. ¡Gracias!

Durante mucho tiempo, y todavía hoy, el consejo principal a la hora de escoger un lácteo era que fuese desnatado, justificado por la relación de las grasas saturadas, de origen animal, con el sobrepeso y obesidad y las enfermedades cardiovasculares, sobre todo. Hoy ya sabemos que los distintos tipos de grasa tienen diferentes efectos sobre el organismo, sobre la salud, en función de muchos aspectos, no solo de si la grasa es saturada o no; así, parece que la grasa láctea no tiene los efectos perjudiciales sobre el peso corporal y las enfermedades cardiovasculares que se pensaba, y por tanto no está justificado este consejo de escoger lácteos desnatados, máxime cuando además, lo que ha ocurrido, es que por fijarnos tanto en la grasa láctea no nos hemos preocupado de otros aspectos, como de los azúcares simples añadidos, que se usan ampliamente para sustituir las grasas en los productos lácteos. Hay 2 investigaciones recientes (2013 y 2012) que ponen de relieve estas conclusiones:
- High dairy fat intake related to less central obesity: a male cohort study with 12 years' follow-up (Un alto consumo de grasa láctea se relaciona con menor obesidad central: estudio de seguimiento de 12 años en varones). Conclusión: una alta ingesta de grasa de los lácteos se asoció con menor riesgo de obesidad central, y viceversa. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3656401/
- The relationship between high-fat dairy consumption and obesity, cardiovascular, and metabolic disease (La relación entre un alto consumo de grasa láctea, y la obesidad, y las enfermedades cardiovasculares y metabólicas). Conclusión: la evidencia observacional no apoya hipótesis que afirman que los lácteos con alto contenido graso contribuyen al aumento de la obesidad o del riesgo cardiometabólico. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22810464
Además de todo esto, hay que tener en cuenta que hay ciertas vitaminas que por ser liposolubles solo están en la grasa de los alimentos, y en el caso de los lácteos destacan la vitamina A y la vitamina D, que al tomar los lácteos en su forma desnatada, las estamos eliminando del alimento.
Entonces, a la hora de escoger un lácteo, es preferible escoger los más sencillos, es decir, los menos procesados, enteros, naturales, sin azúcares añadidos.
La leche, siempre que no haya ninguna contraindicación médica, entera o semidesnatada. Desde luego, para los niños/as la recomendación es tomar leche entera.
En cuanto a los yogures, lo mismo, naturales y enteros. Si te fijas en la información nutricional de los yogures, verás que los desnatados y otras variedades (sabores, con fruta, con fibra...) pueden llegar a tener el triple de azúcares simples que el mismo yogur pero natural y entero. Lo mejor es que, de no gustaros los yogures naturales (podemos llegar a educar el paladar y sería lo ideal) busquéis maneras caseras de darle otro sabor: con canela o cacao puro espolvoreados, añadir frutos secos o fruta fresca en trozos, frutos rojos, etc.
En cuanto a los quesos, lo primero que hay que hacer es asegurarse de que el producto es queso, y no una mezcla de grasas (natas, aceite de palma...). A partir de ahí, los curados y semicurados serán de consumo menos habitual y el tamaño de la ración es menor, porque son más concentrados en nutrientes y porque suponen un aporte importante de sal.

PILAR

Mi hija de 5 años no come nada de lácteo. ¿Qué puedo hacer? ¿Por qué puedo sustituirlo?

Entendemos, por como planteas la consulta, que tu hija no toma lácteos porque no le apetecen por el motivo que sea, no como consecuencia de una intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de leche de vaca. Lo primero que debes tener en cuenta es que los lácteos no son un grupo de alimentos imprescindibles, las personas con intolerancia o alergia deben eliminarlos de su dieta y, con ciertas pautas, no tienen ningún problema derivado de la ausencia de lácteos. Desde esta premisa, la primera recomendación sería que no intentes obligarle a consumirlos, puesto que lo más probable es que eso produzca en tu hija un rechazo aún mayor. Lo mejor es que sigas ofreciéndole lácteos, sin obligar ni tratar de convencer, y que vea que en casa se consumen, estas estrategias suelen ser las que mejor funcionan; eso sí, ofrecer y tener lácteos saludables, es decir, sencillos y enteros: leche entera, yogur entero natural, cuajada, quesos frescos, etc. Si finalmente no quiere consumir lácteos, o mientras no lo haga, sí es importante tener en cuenta ciertas cosas:
- El aporte nutricional más importante de los lácteos es el calcio, pero no son los únicos alimentos que contienen buena cantidad de calcio.
- Otras fuentes de calcio en la dieta: pescados pequeños de los que comemos las espinas (sardinas, anchoas), legumbres, frutos secos, soja y derivados, semillas de sésamo (mejor en salsa tahini o machacadas que enteras, puesto que se aprovecha mejor el calcio), o algunas hortalizas (brócoli, coliflor, repollo, berza).
- También se deben tener en cuenta a los alimentos enriquecidos con calcio, como algunas bebidas vegetales.

CARMEN

¿Las sopas de sobre tipo knorr, hasta que punto son saludables? ¿Se pueden comer con frecuencia o tienen mucha sal o no son recomendables?

Fideos de sémola de trigo, sal, almidón de trigo, hortalizas y verduras deshidratadas y diversos potenciadores del sabor, estos son básicamente los ingredientes que presentan las sopas de sobre. Son válidas para preparar una comida o una cena rápida, pero su elevado nivel de sodio (sal) aconseja que sea un alimento ocasional en la dieta. Las sopas de sobre se preparan con abudante agua y de ahí que su aporte calórico sea muy bajo: un plato de sopa supone unas 50 calorías.
La grasa es también escasa, e igual sucede con las proteínas e hidratos de carbono. Pero tampoco tienen apenas vitaminas y minerales, salvo sal como ya se ha comentado, cuyo nivel es sensiblemente alto y esto hay que tenerlo muy presente cuando se va ingerir una sopa de sobre, o se ofrece a niños o personas que precisan llevar una dieta pobre en sodio. Asimismo, este alimento contiene una importante cantidad de aditivos alimentarios: colorantes y glutamato monosódico (E-621), un aditivo que tiene la función de potenciar el sabor, en gran parte por su contenido en sodio. Existen en el mercado preparados de este tipo bajos en sal, que pueden resultar algo más adecuados.
De todos modos, existe una amplia gama de este tipo de productos y no todos comparten la misma composición, ni siquiera se presentan en el mismo estado, ya que unos caldos preparados se presentan deshidratados (en polvo), y otros en brik listos para consumir, así que lo mejor es leer la información nutricional y los ingredientes para realizar la mejor elección.

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