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Susana

Me gusta mucho el picante, pero ahora estoy embarazada y me dicen que no es bueno. ¿Comer comidas picantes puede afectar negativamente a mi embarazo?

El hecho de que usted coma o no especias picantes no tendrá consecuencia alguna para su bebé, más allá de las que pueda producirse al no respetar las condiciones de consumo de un alimento: condiciones de conservación, fecha de consumo preferente, manipulación segura, etc. El único posible efecto es que su hijo/a, cuando empiece a probar alimentos, tenga preferencia por los sabores picantes. Esto sucede porque los sabores de los alimentos, sobre todo si son fuertes, están presentes en el líquido amniótico que rodea al feto. El feto los saborea durante nueve meses y ello puede conformar sus gustos y preferencias futuras. También estarán incluidos en la leche materna con la que alimentará a su bebé, o incluso si no lo amamanta, el bebé olerá el tipo de cocciones que se realizan en su hogar y ello también contribuirá a determinar sus preferencias gustativas. Pero esta consecuencia no tiene connotación negativa alguna. Lo lógico es que a nuestros hijos/as les gusten los alimentos que tenemos en casa.
Otra cuestión es que las comidas picantes puedan agravar ciertas molestias que suelen ocurrir en el embarazo, como son los “ardores de estómago”, y en ese caso sí puede ser recomendable evitar o reducir las comidas picantes.

Marian

Estoy embarazada de casi 4 meses y estoy teniendo problemas digestivos así como para conciliar el sueño. Normalmente recurriría a infusiones de manzanilla y valeriana, pero en mi estado me las han desaconsejado. ¿Es cierto que no son recomendables en el embarazo?

Los tratamientos a base de hierbas o plantas “medicinales”, aunque sean naturales, no son inocuos, y pueden afectar de forma negativa a la salud de su futuro bebé. En 2011, el Ministerio de Salud Americano revisó la valeriana y su uso en el embarazo, y concluyó lo siguiente: evite su uso. La recomendación se emitió por falta de datos sobre su seguridad para el feto. También indicó que las evidencias científicas sobre la eficacia de la valeriana para tratar el insomnio no son concluyentes. Las evidencias sobre el papel de la manzanilla para conciliar el sueño son todavía más débiles. Sin embargo, sí parece estar claro el riesgo de utilizar la manzanilla de forma habitual en el embarazo, ya que puede producir un aborto involuntario. De nuevo, lo más recomendable es evitar las infusiones de manzanilla durante todo el tiempo que dure la gestación. La lista de hierbas no seguras en el embarazo no se acaba en la manzanilla: más de 100 plantas “medicinales” disponibles en el mercado pueden generar efectos adversos en el feto si se consumen de forma habitual. A diferencia de los fármacos, no pasan revisiones exhaustivas por las agencias sanitarias, razón por la que las entidades de referencia en salud pública no cesan de repetir que no conviene que la población asocie la palabra “natural” con “seguro” o “inocuo”. Igualmente, no existen evidencias que avalen ciertos mensajes que se oyen últimamente sobre ciertas infusiones que ayudan a la producción de leche.
Ante cualquier duda a la hora de consumir un alimento estando embarazada, consulte con su matrona, pediatra, o acuda a un dietista-nutricionista.

Sagrario

Estoy embarazada, me gustan las verduras, y suelo tomar bastante lechuga y espinacas en crudo, en ensalada, pero he leído que si no se lavan bien pueden contener sustancias peligrosas para las mujeres embarazadas. ¿Es cierto que se recomienda lavarlas con unas gotas de lejía?

Las verduras consumidas crudas que no se han lavado y desinfectado de forma adecuada pueden contener microorganismos patógenos causantes de infecciones o intoxicaciones. La listeriosis, por ejemplo, es una enfermedad transmitida por alimentos causada por una bacteria (la Listeria monocytogenes) que se encuentra ampliamente distribuida en nuestro medio ambiente. Según la OMS, la listeriosis se propaga por la ingesta de verduras crudas cosechadas en terrenos contaminados, carnes frescas, pescado y marisco fresco o ahumado y productos lácteos, sobre todo leche cruda y los lácteos elaborados con esta.
Las mujeres embarazadas suponen uno de los grupos de riesgo, ya que los cambios hormonales durante el embarazo producen un efecto sobre el sistema inmunológico de la madre que la hacen más susceptible a contraer la listeriosis. En el caso de las verduras consumidas crudas, es importante lavarlas con abundante agua y desinfectarlas minuciosamente. Puede utilizar agua con lejía, pero asegurándonos de que sea lejía apta para desinfectar el agua de bebida y/o alimentos (consultar la etiqueta), y sumergir las verduras durante al menos 10 minutos. Posteriormente, se deben enjuagar con abundante agua potable. Además, conviene limpiar y desinfectar bien las tablas de cortar, la vajilla y los utensilios empleados en la manipulación de los alimentos que van a consumirse en crudo, para eliminar cualquier bacteria patógena. Es también importante separar los alimentos que se van a consumir crudos, de los cocinados, para evitar la contaminación cruzada. Y no debemos olvidarnos de nosotros mismos, los manipuladores, que somos los principales responsables de la contaminación de los alimentos, un buen y frecuente lavado de manos durante la manipulación es esencial.

Laura

En casa nos gusta mucho la mayonesa, y aunque sabemos que no conviene abusar, en verano no podemos evitar excedernos un poco en los bocatas, las ensaladillas, etc. ¿Me podría decir cuál es la diferencia entre la mayonesa comprada y la hecha en casa?

La mayonesa casera y la comercial, pueden tener aspectos negativos y positivos cada una de ellas, todo depende de los ingredientes que se utilicen para elaborarlas y de las medidas higiénicas y de seguridad alimentaria que se tomen para garantizar su calidad y salubridad. La mayonesa es una emulsión constituida básicamente por aceites vegetales, huevos, vinagre y zumo de limón. En la comercial es habitual incorporar otros ingredientes, como el agua, el azúcar y la sal; y en ocasiones menos habituales, fécula, almidón y una amplia gama de aditivos (conservantes, estabilizantes, emulsionantes, aromas y colorantes). Desde un punto de vista nutricional, la frecuencia y la cantidad de consumo de mayonesa es muy importante ya que en su composición predominan la grasas y, aunque sean de buena calidad, elevan significativamente su valor calórico.
Por otro lado, es importante tener en cuenta las toxiinfecciones alimentarias (como la salmonelosis), que aparecen como consecuencia del empleo de huevos crudos contaminados. La mayoría de los casos de salmonelosis se producen por mayonesas caseras y en verano, ya que las industriales sustituyen los huevos frescos por productos derivados (ovoproductos) que son sometidos a procesos de pasteurización. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) establece medidas de precaución para mantener bajo control la bacteria que provoca la salmonelosis, como el uso de huevos en buen estado y con etiquetado correcto y su conservación en el frigorífico tras la elaboración del producto. Durante el verano, conviene aumentar las medidas de prevención.

SUSANA

¿Qué alimentos puedo tomar para aumentar la vitamina D?
¿Y para reducir el colesterol malo?

Tenemos 2 vías para incorporar vitamina D al organismo, o a través de la exposición directa a los rayos solares, o a través de ciertos alimentos que la contienen. La vitamina D es liposoluble, es decir, que la vamos a encontrar en alimentos que contengan grasa, como son: los pescados azules, pescados en conserva, huevos, hígado, mantequilla, margarina, lácteos enteros, y alimentos enriquecidos.
En cuanto a reducir el colesterol “malo”, el LDL, se pueden tomar diferentes medidas:
- Hábitos alimentarios:
o Reducir la ingesta de aquellos alimentos que provocan un aumento de LDL, que son los alimentos ricos en grasa saturada y grasas de mala calidad: mantequilla, quesos curados, carnes grasas, embutidos, bollería, platos precocinados, etc.
o Aumentar la ingesta de los alimentos que ayudan a regular los niveles sanguíneos de colesterol y que aumentan el HDL (colesterol “bueno”), que son los alimentos ricos en fibra y en grasas insaturadas (monoinsaturadas) respectivamente: frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva, pescado azul.
- Actividad física. Entre otras cosas ayuda a mantener o alcanzar un peso saludable, lo que ayuda a mantener unos niveles saludables de LDL y aumenta los niveles de HDL.
- Mantener un peso corporal saludable.
- Hábitos tóxicos. Dejar de fumar, si es el caso, y reducir todo lo posible la ingesta de alcohol, ambas sustancias hacen aumentar los niveles de LDL.

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