Como los colores, hay uno para cada gusto. Nueces, avellanas, almendras, pistachos, anacardos… en crudo, tostados o fritos, con o sin cáscara. ¡La oferta es enorme! Incorporar un puñado diario a nuestra dieta es además una estupenda idea pues son una fuente de energía muy saludable, sobre todo, consumidos en crudo o tostados. Del desayuno a la cena, hay muchas opciones.
- ¿Qué son los frutos secos?
Se trata de frutos comestibles que nos ofrecen algunos árboles o plantas y que están envueltos en una cáscara dura y tienen un bajo contenido de agua, de ahí lo de “secos”. Almendras, avellanas, anacardos, nueces, semillas de girasol, piñones o pistachos forman parte de esta familia. Están compuestos mayoritariamente por proteínas, grasas cardiosaludables, fibra, y una buena variedad y cantidad de vitaminas y minerales
¿Y dónde queda el cacahuete? Pues aunque la mayor parte de nosotros pensaríamos que es un fruto seco en toda regla, esta afirmación no es del todo cierta. Botánicamente el cacahuete pertenece a la familia de las legumbres (varias semillas envueltas en una vaina) pero nutricionalmente se parece mucho más a la de los frutos secos.
¿Y las castañas? Pertenecen también a la familia de los frutos secos pero, por su perfil nutricional, rico en hidratos de carbono, en lugar de grasa, se incluyen en el grupo de los cereales.
- ¿Cómo consumirlos: crudos, tostados o fritos?
Al ser alimentos naturales se pueden consumir en crudo sin necesidad de cocinarlos, pero habitualmente se presentan también fritos o tostados. La opción más saludable es ingerirlos en crudo o tostados porque así preservan mejor sus propiedades y beneficios.
Fritos, se realza su sabor, pero se añaden calorías extra, grasas de mala calidad y sal.
Como orientación, se recomienda ingerir entre 30-50 gramos
diarios.
- En la despensa…
La mejor forma de conservar los frutos secos es guardados en un tarro hermético, en un lugar oscuro, fresco y seco. Se pueden guardar en la nevera y hasta congelar.
- 5 ideas de consumo:
1. Sobre una tostada de pan: para desayunar o merendar puedes añadir a una tostada una loncha de queso, tomate y unos frutos secos machacados.
2. En ensaladas, batidos y yogures: puedes incorporar un puñado de nueces, pistachos o anacardos a una ensalada de lechuga o rúcula, a un yogur natural o un batido de frutas.
3. Con pasta o arroz integrales, quinoa o cus cus: los salteas con frutos secos y unas gambas al ajillo o verduritas y tienes un plato sencillo y delicioso.