Salud

Vamos a hacerlo rico ¡y equilibrado!

Lo escuchamos cada cierto tiempo en las noticias, y asentimos con convencimiento, “no hay como la Dieta Mediterránea”. Y, para más facilidades, es la nuestra, la de casa, la de siempre. La que sigue los dictados ‘de lo tradicional’, aunque poco a poco, los nuevos estilos de vida parece que nos han ido alejando de ella.

El caso es que, al relajarnos en las buenas costumbres, si nos paramos a pensar qué dice exactamente la tan conocida Dieta Mediterránea… sabemos enumerar algunas claves pero no todas, y surgen dudas. Aquí, te lo resumimos:

  • Aceite de oliva virgen

Si te decantas por él, te beneficiarás de un aceite rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que le confieren propiedades cardioprotectoras.

Para cocinar, para aliñar en crudo tus cremas de verduras o ensaladas, o simplemente para desayunar con pan integral ¡es delicioso!

  • Origen vegetal

Ya lo sabes, es fundamental consumir como mínimo 5 raciones de fruta y hortaliza a diario. Y no lo dice cualquiera, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que esto contribuye a prevenir, entre otras, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

Las frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta. Además, la fruta y hortaliza nos aportan una gran cantidad de agua; los cereales integrales, hidratos de carbono, fibra y minerales; las legumbres, tanto hidratos como proteínas y multitud de minerales (hierro, calcio…); y los frutos secos, tanto proteínas como grasa cardiosaludable, fibra, vitaminas y minerales (hierro, calcio, magnesio…)

  • Frescos y de temporada

Los alimentos cuanto menos procesados, mejor. Consume las frutas y verduras en su mejor momento, lo notarás en su aroma y sabor, pero también es importante a nivel nutricional.

  • Pescado y huevos

Apuesta por su consumo como fuente principal de proteína animal. Puedes incluir en tu menú una o dos veces por semana el pescado azul, porque sus grasas (omega 3) tienen propiedades protectoras frente enfermedades cardiovasculares. Los huevos son también muy interesantes, porque contienen la proteína de mejor calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales.

  • Yogurt y quesos poco grasos.

Los lácteos destacan como fuente de proteínas de alta calidad, minerales (calcio, fósforo) y vitaminas. Yogurt y quesos pocos grasos, preferentemente.

  • Carne roja con moderación

La carne roja magra (poco grasa) se tendría que consumir con moderación y las carnes procesadas evitarlas. Se recomienda el consumo en cantidades pequeñas de carnes magras, y formando parte de platos a base de hortalizas, legumbres y cereales integrales.

  • Ojo, al postre

Y al picoteo de media mañana, o la merienda de la tarde… En los tres casos, la mejor alternativa es fruta fresca entera o lácteos naturales sin azucarar. Para alternar o junto con un puñado de frutos secos ¡fáciles de tomar en cualquier parte!

  • Condimentos y especias

Reducir la cantidad de sal que añadimos a nuestros platos, no tiene por qué hacerlas más sosas. Si amplías tu conocimiento sobre condimentos y especias, descubrirás que hasta tus elaboraciones más sencillas adquieren una gracia especial. ¡Hay estadísticas que dicen que consumimos el doble de sal de la recomendada!

  • Agua, agua y agua

La hidratación es fundamental, más aún cuando llegan las temperaturas altas. Y el agua debería ser siempre nuestra primera opción. Pero caldos de verduras u hortalizas (como gazpachos), te, infusiones o café sin endulzar…, también pueden estar presentes.

  • ¡En movimiento!

Por último, no hay que olvidar que la alimentación es parte de unos hábitos de vida saludables para lo que es importante mantener siempre una actividad física adaptada a la edad, gustos y capacidades de cada persona. Tan fácil como caminar a diario y procurar no abusar de una vida sedentaria.

Pirámide Nutricional

La pirámide nutricional es un gráfico que representa, de forma sencilla y visual, como debe ser nuestra alimentación habitual. Para ello concreta la cantidad, calidad y frecuencia de los diferentes grupos de alimentos que debemos comer.

 

Dieta Mediterránea ¿sabías que…?

  • La Fundación Dieta Mediterránea la define como “una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, rica y saludable. Es un estilo de vida equilibrado que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y actividades humanas diversas”
  • La UNESCO la inscribió en 2013 como uno de los elementos de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
  • PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea) es el estudio de mayor envergadura que se ha realizado sobre nutrición en España. Concluye que la Dieta Mediterránea, y más si es enriquecida con aceite de oliva virgen y/o frutos secos, puede reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular hasta en un 49%, reduce el riesgo de Diabetes tipo 2, tiene efectos beneficiosos sobre la tensión arterial, y mejora el perfil graso, contribuyendo a aumentar el “colesterol bueno” (HDL) y disminuir los niveles de “colesterol malo” (LDL).

 

¿Quieres conocer alguna receta?

Equilibradas ¡y deliciosas! Así son las recetas que encajan dentro de la ‘Dieta Mediterránea’. Recetas basadas en el uso de aceite de oliva virgen, pescado azul, huevos, frescos de temporada, frutos secos… Hay más posibilidades de las que imaginas.

 

Guía de Alimentación saludable

Alimentos: ¿De que están compuestos?
Los alimentos aportan al ser humano agua y nutrientes, las sustancias que necesita para el correcto funcionamiento del organismo.

¿Qué son los nutrientes?
Los alimentos contienen unas sustancias llamadas nutrientes, que el organismo necesita para su funcionamiento…

Las grasas: ¿Qué papel juegan en la alimentación?
Junto a los hidratos de carbono y las proteínas, las grasas o lípidos son uno de los macronutrientes que contienen los alimentos…

¿Qué son las proteínas?
Son cadenas largas de aminoácidos (las partes más pequeñas) unidos. Tienen una función estructural, formando tejidos, enzimas…

Hidratos de carbono
Son el combustible energético para el cuerpo. Estos nutrientes aportan 4 kcal por cada gramo de alimento.

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