Variadas, jugosas y refrescantes, estas frutas son las protagonistas del verano y del “realfooding”. Melocotones, albaricoques, nectarinas, paraguayos, ciruelas y cerezas comparten no solo la temporada sino también ¡el hueso!
Con el calor, las frutas de verano nos aportan agua, vitaminas y minerales, y fibra. Por eso deben formar parte importante de nuestra alimentación. Puedes disfrutarlas en crudo, en batidos, ensaladas, gazpachos y hasta cocinadas. Y son el aperitivo perfecto para picar entre horas, sin remordimientos.
Toma nota de estos consejos para conocer las peculiaridades de estas frutas de hueso, saber cuándo están en su mejor momento, cómo conservarlas y cómo sacarles el máximo partido en la cocina.
El tamaño y el color importan a la hora de elegir
Las frutas de hueso tienen muchas características en común además de la pepita interior: cuanto mayor tamaño y mejor color tengan con respecto a las de su variedad, estarán en su mejor momento de maduración. Es decir, su textura, olor, grado de dulzor y sabor será mejor.
El verano es sinónimo de fruta y nuestra fruta de hueso cada vez es mejor.
¿Sabes por qué es así? Porque se trata de los frutos que han estado en la parte exterior del árbol, es decir, han recibido más rayos solares y la fruta resulta más sana, con mejor sabor. Una vez en casa, las frutas con hueso pueden conservarse hasta 7 días en la nevera, en función de su grado de maduración.
En abril empezaron a asomar las cerezas y ciruelas que terminan ahora en agosto su temporada y desde mayo a septiembre podemos disfrutar de las diferentes variedades de melocotones, albaricoques, nectarinas y paraguayos. Consulta aquí el calendario de frutas de temporada.
Melocotones, rojos o amarillos
El primero en aparecer en los lineales de las fruterías es el melocotón rojo, que se suele recolectar algo más verde porque es el que más se exporta y su sabor es agridulce. El amarillo se recoge a mediados de julio, en su punto justo de maduración, por eso resulta más dulce y sabroso.
Es importante comprarlos maduros. No sirve de nada escogerlos verdes con la intención de que duren más, no ocurre como con el plátano. Si no ha madurado en el árbol, no lo hará en el frutero. Para elegirlos, escoge las piezas que cedan un poco al apretarlas con el dedo.
Sugerencias de consumo
¿Qué tal unos tacos de pollo con frutas de hueso? ¡Una manera diferente de integrar la fruta en tus recetas!
Si eres un amante de las ensaladas, prueba a añadir trocitos de melocotón en crudo con hojas verdes y aguacate o con queso. Incluso melocotones asados con rúcula, queso parmesano y piñones. ¡Sorprendente!