Cortamos el bonito en rodajas y lo cocemos en agua caliente salada (150 gramos por cada litro de agua, unos 10 minutos) sin que el agua hierva. Dejamos enfriar, limpiamos las pieles y las espinas y sacamos los trozos. Los secamos con un trapo de cocina de hilo y los introducimos en botes lavados. Apretamos bien los trozos y cubrimos con aceite de oliva o de girasol. Cerramos los botes y los esterilizamos en una cazuela con agua cubriéndolos del todo. Según se evapore el agua, introducimos más cantidad. Los dejamos cocer durante un mínimo de una hora y un máximo de dos horas a una temperatura de 100ºC. Una vez pasado este tiempo, dejamos enfriar los botes dentro de la cazuela con el agua. Cuando estén fríos, los etiquetamos y conservamos en un lugar seco, a una temperatura fresca y alejados de la luz. El tiempo máximo de conservación es de un año.