Jon y el bonito de Bermeo

Queso Idiazabal, bonito de Bemeo, guindillas de Ibarra, pimientos de Gernika… son productos de los que nacen historias, historias con un origen.

Consumiendo producto de aquí haces posible que historias como estas que te contamos sigan sucediendo.

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La historia de:

“Jon y el bonito de Bermeo”

“Cuando me fui a estudiar fuera nada me alegraba más que recibir la caja que me enviaba mi aita llena de botes de bonito de Bermeo. Nada me emocionaba ni me gustaba más: abrir un bote y olerlo. Era como estar en el puerto de Bermeo. Además, allí nadie había probado nada igual. ¡Los cambiaba por apuntes! Valían más que el dinero.”

Jon, Bermeo

“Desde el mismo momento en que llega el primer bonito a puerto vasco, ya empiezan a llegar los mensajes. ¡Jamada con la cuadrilla! Esta vez, marmitako en casa de Anne. Empezamos yendo casi de chavales y, ahora, vamos con hijos incluidos.”

Beni, Lekeitio

QUESO IDIAZABAL

“El queso de Idiazabal solo puede hacerse con leche de oveja latxa o carranzana. Como originario de Karranza este producto lo siento un poco mío, por eso, a todas las comidas a las que voy, llevo un queso Idiazabal, de mi pueblo y siempre es un éxito.”

Oskar, Karrantza

“La familia de mi mujer es de Menorca, cuando nos juntamos, siempre hacemos intercambio de quesos. Nosotros les damos Idiazabal y ellos, queso de Mahón. ¡Es toda una tradición ya!”

Esteban, Ordizia

“Mi tío abuelo era pastor en la zona de Urbia. Hacía trueque con el vecino. Cambiaba la leche de sus ovejas latxas por quesos. Y como vivía con nosotros, recuerdo perfectamente cómo venía cargado de quesos. Es un olor que no olvidaré nunca.”

Isabel, Oñate

“El segundo miércoles de septiembre, en Ordizia, se hace el corte del mejor queso Idiazabal del año. Un acontecimiento. En mi familia, como buenos amantes de este queso, nunca faltamos a la cita. Es una excusa para juntarnos y para comer el mejor queso Idiazabal.”

Maider, Azpeitia

“Como buen carranzano, no puedo dejar de sentir orgullo cuando veo leche de mi pueblo, ¡la mejor! Porque a esas vacas es como si las conociera.”

Rafa, Bilbao (nacido en Karrantza)

LEGUMBRE DE ARABA

“Las jamadas con la cuadrilla son alubiadas, y, por supuesto, hechas con alubias pintas de Araba. Sí o sí, si no, no sería lo mismo. Uno de la cuadrilla siempre se encarga de comprarlas para que otro las prepare en su txoko. Siempre las cocina el mismo. Se llama Jon y tiene una mano maravillosa.”

Josu, Agurain

“Hoy parece increíble, pero es cierto, hubo un tiempo en el que las mujeres, y solo las mujeres, nos juntábamos para separar las lentejas buenas de las malas. ¡También había piedras que quitar! Y aprovechábamos para conversar. ¡Akelarres hacíamos! Hoy, seguimos comiendo las mismas lentejas alavesas, aunque ahora ya no hace falta separar las buenas de las malas. Ahora, todas son buenas.”

Arantza Legutiano

“Mi amama decía que las lentejas eran la carne de los pobres. Era una forma de decir que eran baratas y también nutritivas. A mí siempre me han encantado, y, por supuesto, las mejores, las de mi pueblo.”

Anne, Elburgo

HORTALIZA VASCA

”Mi amuma siempre decía que no, que en su casa no entraba una lechuga ni un tomate que hubiera recorrido más de 5km. En su día, no lo entendía, pero ahora, sí. Y pienso exactamente lo mismo. Además, también intento inculcárselo a mis hijos. ¡Es que no hay color!”

Miren, Sopela

PIMIENTOS DE GERNIKA

“En casa, comer los primeros pimientos de Gernika de la temporada es todo un acontecimiento. ¡Nos encantan a todos! Y, desde el inicio de temporada, no hay comida ni cena sin pimientos. Comemos hasta que se agotan en todas las tiendas.”

Ainara, Bilbo

“Somos forofos absolutos de los pimientos de Gernika. Antes de cada viaje a Madrid, al salir de Durango, mi hermano Guillermo y yo siempre pasábamos por el supermercado de allí para traernos “productos de la tierra”, sobre todo txakoli y pimientos de Gernika.”

Susana Rodríguez de Cos. Médico. Nacida en Durango (Bizkaia), residente en Madrid.

“Nos gustan tanto los pimientos de Gernika que mi amigo “Jota” que tiene un huerto en Toledo se aventuró a producirlos. ¡Nada menos que en Toledo! Plantó 24 plantas de pimientos, y se criaron muy bien. Dieron una cantidad de pimientos brutal, un poco más grandes de lo que se suele encontrar en los mercados, y de sabor, muy ricos. “

Alberto Velilla Lacalle. Nacido en Bilbao, residente en Madrid sobre el huerto y testimonio de Juan José González Crespo

GUINDILLAS DE IBARRA

“Cuando hacemos alubiada, en mi familia, las guindillas son tan importantes o más que las propias alubias. ¡No hay alubias sin guindillas! Mis hermanos y yo de pequeños hacíamos concursos de quien era capaz de comerse más. Y, si sobraban, mi ama hacía unas gildas maravillosas.”

Xabier Ubidea

SIDRA

“Aunque nos cuesta mucho reunir a la cuadrilla, la visita anual a la sidrería es sagrada. Desde que empezamos la universidad hemos ido a Astigarraga todos los años. ¡Sin faltar ni uno! Ahora vamos con nuestros hijos. El plan es otro, pero nos lo pasamos también muy bien. Espero que nunca dejemos de hacerlo.”

Joana, Basauri

“No hay enero sin visita a sidrería. Lástima que en este año de pandemia no hayamos podido ir, pero pronto podremos volver a hacerlo.”

Josu, Getxo

PATATAS DE ARABA

“Mi abuelo decía que las patatas eran tesoros enterrados y mis hermanos, primos y yo jugamos a encontrarlos. En temporada, mi abuelo nos daba 100 pesetas por ayudarle a llenar sacos y sacos. Y luego mi abuela nos hacía unas tortillas de patata deliciosas. ¡Nunca he probado ninguna igual!”

Alaia, Amurrio

“Cuando era pequeño y alguien me llamaba “patatero” me molestaba muchísimo. Ahora en cambio, lo llevo con orgullo, claro que sí. Si tenemos las mejores patatas del mundo es como para estar orgulloso, ¿no?”

Josu, Gasteiz

MIEL

“Cuando éramos pequeñas y nos dejaban en casa de amama, nos ponía pan con miel para merendar. Nos decía que no había nada más sano. Nos contaba historias sobre las abejas. Incluso nos decía que conocía a las abejas, que las oía trabajar. Comprábamos la miel a un vecino que tenía colmenas y paneles de miel. Hoy, forma parte de una cooperativa y tiene aún más colmenas.”

Lea, Zarauz

AGUA ALZOLA

“De pequeña, me decían que el agua de Alzola era mágica, que te daba súperpoderes. No puedo mirar un botellín de agua de Alzola sin sonreír al recordarlo.”

Miren, Elgoibar

“Mientras embotábamos tomate en mi casa, mi madre se relajaba y nos contaba un montón de historias de juventud. Nos encantaba escucharla. Mis preferidas eran las que contaba del balneario de Alzola. Nos decía que fueron niños los que descubrieron agua por primera vez allí. En mi casa, el agua siempre es y será Alzola.”

Maite, Elgoibar

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