Mini cheesecakes con kiwi

La clásica tarta de queso sin horno, con un toque diferente, aprovechando una de las frutas estrella de la temporada, el kiwi. Para la base: triturar las almendras junto a los dátiles previamente hidratados y reservar. Para el cheesecake: hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras se hidratan, calentar 100 g de nata en un cazo hasta hervir. Una vez llegado al punto de ebullición, apagar el fuego, verter las hojas de gelatina y diluir. Verter en un bol y mezclar con el queso crema, la nata restante y la miel hasta tener una mezcla homogénea. En 4 aros metálicos cubiertos con papel de hornear, montar las tartas poniendo en la base primero los frutos secos y después el relleno de cheesecake. Enfriar durante al menos 1 hora o hasta que haya gelificado lo suficiente la superficie. Para la cobertura de kiwi: hidratar las hojas de gelatina y pelar, cortar y triturar los kiwis. Calentar a 60 ºC a fuego medio (durante 2-3 minutos si no se dispone de termómetro) y diluir las hojas de gelatina con el fuego apagado. Verter encima de las capas de queso, volver a enfriar en nevera al menos 1 hora más, desmoldar con cuidado y servir. Apta para dietas lactovegetarianas.